La profesora de filosofía estadounidense Agnes Callard, de la universidad de Chicago, realiza una interesante mezcla de intereses e interpretaciones al vertebrar su trabajo sobre el pensador Sócrates introduciendo paralelismos, comparaciones y conclusiones con otros escritores, como el ruso Tolstoi o el filósofo alemán Kant.
Ambos están separados por muchos siglos y por cultura, edad y formación muy diferentes, pero ambos tenían en común el deseo de llegar al fondo de las cuestiones, el insufrible amor a la sabiduría que expresa la filosofía.
Indudablemente, ambos fueron acusados de pervertir a la juventud, pues les hacían pensar y también a sus lectores y a los hombres en general con sus disertaciones, diálogos y lecturas lo que les convertía en peligrosos personajes para los déspotas de su tiempo que gobernaban las naciones.
En realidad, ningún europeo conocedor de la historia de Rusia, Alemania y la antigua Grecia, hubiera establecido estas audaces conversaciones entre Sócrates y Tolstoi y Kant, pero siendo la norteamericana Agnes Callard tan valiente como atrevida para hacerlo, hay que reconocer que ha logrado crear un libro interesante y ameno, aunque la historia cultural para un pensador europeo le impida ver algunos de estos razonamientos.
Lo que importa es que a Agnes Callard que buscaba mover el deseo del conocimiento y del amor en los lectores de su obra y, en el fondo, en sus alumnos, le ha servido este ejercicio intelectual y ha puesto a nuestra disposición sus descubrimientos (20).
De hecho, la autora del libro, tratará extensamente lo que denomina la paradoja de Moore: “una cosa es admitir que en cierto momento estaba equivocada, y otra muy distinta admitir que estoy equivocada ahora” (31). Es decir, lo que importa es que el libro es muy útil y aporta luces interesantes en la interpretación del pensamiento de Sócrates como en el de Tolstoi o el de Kant, aunque a priori pudiera parecer una comparación arriesgada.
Es muy interesante la conclusión de nuestra autora que el método socrático es realmente “una herramienta de transformación personal y colectiva, orientada a la formulación rigurosa de las preguntas esenciales de la existencia” (138).
Terminamos trayendo una de las mejores páginas del trabajo de Agnes Callard, cuando recoge el momento en que “Sócrates compara Atenas con un caballo dormido, y a sí mismo con un tábano enviado por los dioses para despertarlo de la ignorancia. Aguijonea a sus conciudadanos rebatiendo sus argumentos, haciéndoles preguntas que revelan la ausencia de los conocimientos que creían poseer. Sus refutaciones dejan a sus interlocutores en un estado de confusión en el que no saben donde ir, qué hacer, qué camino tomar” (191-192).
José Carlos Martín de la Hoz
Agnes Callard, Sócrates al descubierto, Kairós, Barcelona 2025, 498 pp.