La edición de este estudio sobre Pierre Bayle y su completo trabajo sobre Baruc Spinoza y el spinozismo, realizado por Pedro Lomba, explica perfectamente el interés que existe en la actualidad por la figura de Spinoza: no hay más que asomarse a la casa del libro o a la librería Pasajes para comprobarlo.
Efectivamente, Pierre Bayle seguidor de Descartes y del racionalismo cartesiano le interesaba mostrar el ateísmo al que conducía el racionalismo y en definitiva la ilustración francesa.
Es interesante la manera con la que Pedro Lomba, profesor de la Complutense, plantea la cuestión: “El spinozismo, sinónimo de ateísmo, no sería según Bayle sino una hipótesis recurrente a lo largo de toda la historia de la filosofía y de la cultura a la que el ateo de Ámsterdam da forma definitiva” (21).
De hecho, como muy bien se explica en este trabajo, el Diccionario de Bayle está en la base de la Enciclopedia de Diderot, incluso literalmente en muchas voces y, por supuesto, en la estructura y objetivos.
En la voz Spinoza del diccionario de Bayle se afirmaba lo siguiente: “Hace mucho tiempo que se ha creído que todo el universo no es sino una sustancia, y que Dios y el mundo hacen sólo un solo ser” (43).
Recordemos que para Pierre Bayle la doctrina filosófica de Baruc Spinoza era el mejor ácido corrosivo y audaz para desenmascarar el pensamiento ilustrado y llevarlo al ateísmo más audaz (73).
Es más, si todo es sustancia divina basta con negar la división de la “res cogitans” para descubrir que el panteismo spinoziano sencillamente es una ilusión o la evolución de la res extensa.
Para Bayle, Spinoza era un ateo virtuoso con un deseo irrefrenable de sacudirse la ley moral (26). El problema es que, si el universo y Dios son lo mismo, ¿cómo se explica que Dios se parta en infinitos trozos “extensos”? ¿Dónde quedaría la unidad y la simplicidad de la naturaleza divina? (43). Sencillamente el panteísmo es una ilusión que explicaría eso de “todo el mundo es bueno”.
De hecho, para Bayle el origen del universo ya lo explicó Spinoza con una especie de “big bang”, pero no para mostrar la creación de Dios en un instante sino para mostrar que la naturaleza divina se expandió y lo llenó todo. Si todo es Dios, nada es Dios, sino pura emanación de lo divino (75).
¿Los hombres somos modalidades de Dios? (80).
José Carlos Martín de la Hoz
Pedro Lomba, Pierre Bayle. Escritos sobre Spinoza y el spinozismo, Trotta, Madrid 2025, 227 pp.