En este interesante trabajo realizado por las expertas sociólogas francesas Sarah Gensburger y Sandrine Lefranc que trabajan al más alto nivel en el CNRS de la Universidad de Nanterre y CNRS de la Universidad de París I-Panthéon Sorbonne, quedan reflejadas las líneas maestras acerca de las “leyes de memoria democrática” que han revolucionado en estos últimos años la opinión pública y los medios de comunicación en España y en muchos países europeos.
La profunda crítica a las legislaciones de los diversos países y especialmente al sistema francés vertido en este trabajo es muy contundente. Basta con comprobar las abundantes estadísticas que se ofrecen en esta investigación para constatar el verdadero fracaso de tantas campañas contra el racismo, la violencia y la xenofobia que no han hecho más que aumentar.
Indudablemente, nuestras autoras reconocen que el exceso de campañas en los colegios, universidades y centros de formación profesional han producido aturdimiento y lugares comunes. Seguramente, muchas de los jóvenes franceses de hoy dentro de un tiempo habrán madurado y asimilado esas lecciones básicas de convivencia ciudadana en una sociedad democrática.
No es que las legislaciones fueran equivocadas puesto que reconocer la verdad de los hechos, que todos los protagonistas, historiadores, comunicadores, psicólogos, antropólogos y sociólogos hayan puesto su granito de arena ha servido para tener un conocimiento más verosímil de lo sucedido, para poder perdonar, olvidar y aprender de los errores cometidos.
En ese sentido, la sucesión de exposiciones fijas y móviles que han recorrido Francia para recordar, por ejemplo, los hechos del nazismo, el holocausto judío, parecía que debería haber sido suficiente, pero se comprueba que todavía quedan algunos sectores de la población renuentes a la verdad histórica. Y, sobre todo, nos recuerdan las autoras, todavía se mantienen discursos del odio en nuestra vida parlamentaria y en el lenguaje de la calle (12).
Es interesante que la “memoria ejemplar”, (24) con testimonios directos de arrepentidos y de las víctimas (26) no haya bastado: “de hecho, las manifestaciones de intolerancia, violencia y racismo han aumentado, tanto en cantidad como en intensidad” (51).
Es muy interesante recoger el giro de nuestras autoras a mitad de trabajo acerca de la influencia de las políticas de memoria: “Dado que no arrojan los resultados que de ellas se espera, cabe prestar atención a lo que sí hacen y a cómo funcionan, más allá de las críticas sobre su fundamento moral o su politización” (59).
José Carlos Martín de la Hoz
Sarah Gensburger y Sandrine Lefranc, Tejer el pasado. ¿Para qué sirven las políticas de memoria?, Barlin libros, Valencia 2023, 155 pp.