Tercer premio del V Certamen de Relato Breve de C.U. Villanueva 2019

 

Una obra universal

El grupo de universitarios avanzó en bloque hacia la siguiente pieza, siguiendo al guía que les iba moviendo a lo largo de las pinturas. Solo uno de ellos permaneció inmóvil, contemplando un cuadro de grandes dimensiones que ocupaba una pared entera.

El ruido de las risas se fue perdiendo en la distancia y se hizo el silencio en la sala. La punta de las botas militares del estudiante apuntaba a la imponente obra, al igual que su espalda cuadrada y sus brazos cruzados.

El chico analizó cada detalle de los personajes: la cabeza de un joven hundida en el ropaje de su padre, avergonzado; las ancianas manos de un padre, aferrándose, por fin, a su hijo; el foco de luz alumbrando la expresión de serenidad del cansado hombre. El estudiante creyó percibir el temblor de los dedos del anciano y la fuerza con la que invitaba a su pequeño a reposar en sus brazos. Sintió el consuelo del muchacho entre las cálidas telas y la alegría que le invadió al encontrarse de nuevo en casa.

En un brevísimo instante, experimentó todo un abanico de sentimientos encontrados: asombro, admiración, soberbia, vergüenza. Alivio. Sus brazos cayeron a ambos lados del cuerpo en señal de derrota y se dio cuenta de que las lágrimas recorrían su rostro. Se secó la cara con la manga rápidamente, avergonzado, y sacó su móvil.

De haber estado allí, Rembrandt habría sonreído; el universitario había entendido, al igual que hizo él muchos años atrás, el sentido de la historia y estaba a punto de comenzar su viaje de vuelta, siendo éste a la vez origen y culmen de su obra.

El estudiante marcó un número y se apartó a una esquina. Sus dedos tiraban del jersey, impacientes, y miraba al suelo. Se dio cuenta de que la sala había estado abarrotada de turistas todo ese tiempo. Alguien descolgó la línea al otro lado. El chico levantó la mirada y sus ojos se encontraron con los del padre de aquel hijo pródigo. Sus cuerdas vocales se llenaron de una emoción desenfrenada y apenas se le entendió al articular:

- ¿Mamá?

 

Autora: Pilar Aviñó de Pablo (4º de Psicología y Educación Primaria)