Textos esperanzadores

 

Febrero ha sido para mí un buen mes en lo que se refiere a las lecturas, destaco tres libros. Comenzó el mes con Lo que no se ve de Jesús Montiel (Pre-Textos), un texto breve, escrito con prosa poética plagada de hallazgos fulgurantes –fruto de la intuición y de la reflexión–, a partir de recuerdos de la vida de los abuelos maternos del autor, en un pueblo granadino. Personas de una nobleza y sabiduría grandes, a pesar de que no habían frecuentado escuelas ni universidades. Hechos aparentemente triviales, como las manos de su abuela cuando doblaba las sábanas, que lo llevan a reflexionar sobre nuestros modos de vivir y a apostar por el sosiego, el cuidado de las personas y de las cosas, el valor de los detalles cotidianos, la contemplación... La lectura de lo que no se ve se completó, a final de mes, con una tertulia en la que los participantes pudimos conversar con Jesús Montiel –él en Granada, nosotros en Madrid–, por zoom. Fue un encuentro magnífico en el que nos contó con detalle los motivos que lo llevaron a escribir este y otros libros, así como sus puntos de vista acerca de cuestiones muy variadas.

El siguiente texto ha sido el poemario Alumbramiento de Daniel Cotta (Rialp, Colección Adonáis), un auténtico regalo, un descubrimiento maravilloso e inesperado. El libro es casi un recorrido por el Credo, de una gran calidad literaria y riqueza teológica, lleno de imágenes muy logradas, valientes. Un canto optimista desde la fe en Dios y la confianza en el hombre redimido, algo que ni el nihilismo relativista ni el cientifismo  deshumanizado, tan extendidos en la cultura actual, pueden dar. Un libro en el que la calidad y belleza de la forma y la riqueza del fondo están muy bien armonizados.

El último ha sido En los prados sembrados de ojos del poeta leonés Antonio Colinas (Siruela). En coherencia con su dilatada obra poética, el autor sigue indagando acerca de lo sagrado, a través de la contemplación de la naturaleza, tanto macro como microcósmica, de las lecturas de los místicos cristianos, especialmente Santa Teresa, pero también de sabios y maestro chinos e hindúes; o a través de la música, de la pintura, de la literatura y de vivencias del propio Colinas y su entorno. Otro modo de afrontar la vida cotidiana, de trascender, de acercarnos desde lo finito hacia lo eterno.                                                                                                                                                                                                       

Frente a unos medios de comunicación en los que parece que lo que prima es el espectáculo, lo inmediato, lo violento, lo efímero, la queja…; frente a un ambiente político enrarecido, donde parece que es imposible dialogar y buscar de veras el bien común; frente a una sociedad fatigada y doliente, estos textos nos invitan a la reflexión, al sosiego, a la contemplación, a la búsqueda de lo que de verdad es importante y nos puede hacer mejores, a cambiar los modos de vivir, la perspectiva, a descubrir valores más profundos e imperecederos, en armonía con los demás y con nuestro entorno.

Luis Ramoneda

Jesús Montiel. Lo que no se ve (Pre-Textos). 2020.

Daniel Cotta. Alumbramiento (Rialp, Colección Adonáis). 2020.

Antonio Colinas. En los prados sembrados de ojos (Siruela). 2020.