El título de este fantástico libro que acabo de leer lo dice todo, absolutamente todo, pues lo que el autor ha decidido escribir es sobre jóvenes de nuestro tiempo que han recibido el impacto de la llamada de Dios, la han seguido y han sido muy felices en la tierra y felices en el cielo.

Lo que es totalmente seguro es que la definición de libertad es la “íntima convicción de estar haciendo lo que Dios quiere”. Precisamente, estos jóvenes descritos brevemente en el libro de Enrique Muñiz, escritor, es que es totalmente seguro que Dios llama a estos y a todos y, todos los días.

San Juan Pablo II afirmaba en la “Tertio Millenio adveniente” que la historia de la humanidad se divide en dos: antes de la venida de Jesucristo, la historia de la humanidad se resumía en el “hombre buscando a Dios a tientas”. Tras la llegada de Jesucristo, se tratará de “Jesús que busca a cada uno de los hombres”: alma a alma.

Indudablemente, Dios se cruza en el camino de cada hombre y cada día, pues sencillamente sabe que solo podemos ser felices en esta vida y en la otra mediante el ejercicio de la libertad. No se trata de la libertad de elección; esto o aquello, blanco o negro, bien o mal. Se trata de lo que llamaba san Josemaría “la energía de la libertad”.

La piedra da gloria a Dios siendo piedra, el vegetal simplemente creciendo y estando a la vista bellamente, el animal pululando y el hombre poniendo en juego la libertad recibida: el don divino de la libertad.

La lectura de la vida de estos jóvenes es la mejor demostración de que Dios quiere que seamos felices en esta vida y en la otra, motivo por el cual se cruzará en nuestro caminar: enciende, propone, sugiere, aparece, desaparece. Siempre está invitando a la felicidad. Mostrando el camino.

Es evidente, que cuando nosotros ponemos el don de la libertad en nuestra aparente libertad, cuando buscamos el placer desordenadamente, cuando empeñamos nuestros talentos recibidos de dios en nuestro egoísmo, todo ello puede satisfacernos momentáneamente pero siempre queda la sed de eternidad sin saciar y el ansia de felicidad insatisfecha, pues solo Dios puede colmarnos.

Es más, el camino del amor humano como tránsito hacia el amor divinos en esa maravillosa comunidad de vida y amor que es el matrimonio se tuerce y se desfigura cuando no se ama a la mujer con Jesus y cómo Jesus ama a su Iglesia.

Aquí está “Totalmente”: un montón de historia que muestran al igual que el libro del Cantar de Los Cantares del Antiguo Testamento que la historia de un hombre es la historia de su relación personal con Jesucristo. Que todos sean jóvenes y guapos y que la cruz esté tan presente solo nos indica que el amor de dios, sencillamente, es fuerte como la muerte.

José Carlos Martín de la Hoz

Enrique Muñiz, Totalmente. Historias recientes de alegría, juventud y santidad, Rialp, Madrid 2024, 186 pp.