Francesc Torralba, catedrático de filosofía de la Universitat Ramon Llull de Barcelona ha recogido en este ensayo diversos artículos breves sobre cuestiones de nuestro tiempo dotados de desigual interés y fortuna.
Lo importante de este trabajo de conjunto es lo que podríamos decir un ejercicio de humanismo cristiano en el que se resuelven cuestiones grandes y pequeñas de nuestro tiempo con enorme naturalidad bajo el enfoque de una visión cristiana de la vida y de una antropología colmada del concepto de la dignidad de la persona humana, eso si abierta a sentido trascendente de la vida.
Antes de nada, hemos de resaltar el elegante diseño del libro, su magnífica tipografía, divisiones, manera de paginar, etc. Asimismo, recordar que la obra expone con naturalidad el ritmo acelerado de nuestro tiempo, pero aporta soluciones para compensarlo.
Aunque el autor reclame la virtud de la paciencia como en tiempos de san Cipriano, en realidad quien muestra una acendrada paciencia y categoría intelectual es el propio autor, tanto para recopilar artículos o textos anteriores como para cubrir lagunas a la hora de elaborar un índice que fuera coherente y mostrara una cierta sistemática (30).
Es interesante la breve pero intensa dedicación de un espacio a la temática de reinventarse tal y como hoy día se hace tanto en el mundo de la creatividad como de la acción profesional, universitaria, comercial y política (105).
Poco después, nos animará a buscar la atracción de lo contemplativo sobre lo activo, a seguir siendo productivos pero por haber pensado bien los objetivos y los medios y, finalmente a ser prácticos para pasar de una cosa a la siguiente sin mayor dilaciones y cavilaciones (120).
Es interesante, el amplio espacio dedicado a lo largo de este trabajo a San Agustín y a la aplicación de sus principios filosóficos y teológicos a la cultura de nuestro tiempo: “Cuando rememoramos hechos que hemos vivido o padecido, nos adentramos en el reino de lo pretérito. Es un ejercicio de la memoria, una de las principales potencias del alma según el autor de las Confesiones. Cuando proyectamos acciones en cambio nos metemos en el ámbito del futuro, pero ambas operaciones solo tienen lugar dentro de la mente humana. Esta proyección depende de otra facultad del alma que san Agustín no desarrolla particularmente, la imaginación” (281).
Es interesante recodare con nuestro autor el viejo tema del “afán de novedades”, pues sostiene a muchas personas en la actividad más barata la del empezar contantemente: “La novedad ilusiona, seduce y fascina. El ardid del sistema se sostiene, precisamente sobre esta noción. El consumidor se cansa de lo mismo, con lo cual se deben ofrecer novedades” (288).
José Carlos Martín de la Hoz
Francesc Torralba, Un mundo sin pausa, ediciones Khaf, Zaragoza 2025, 414 pp.