Un Pacto Educativo Global

Frecuentemente llegan a nuestros oídos -de forma casual- mensajes de los Pontífices en los que quizás estos han puesto todo su interés y entusiasmo. Estos deseos, peticiones y recomendaciones no parecen tener la posibilidad de atravesar el espacio que media entre la Santa Sede y los ciudadanos, católicos o no. Es el caso del Pacto Educativo Global propuesto al mundo por el papa Francisco el 12 de septiembre de 2019.

Francisco ha llegado a Roma desde un país católico, que ha vivido en el último siglo graves episodios de violencia, fractura social y crisis económica; un país que sobrevive sin demasiada esperanza. El ahora Pontífice había sido durante largos años educador y después pastor de la gran urbe de Buenos Aires. Desde su llegada a la sede de Pedro, Francisco ha tenido que enfrentar guerras y atentados terroristas, crisis económicas y sanitarias, el fenómeno de millones de desplazados y oleadas de inmigrantes que se dirigen a Europa como el que busca una tabla de salvación ante la muerte; ha visto crecer el odio interreligioso entre el islamismo y Occidente, así como el sufrimiento y persecución de los cristianos en diversas zonas del mundo; ha recibido, por último, duras noticias acerca de la corrupción y el abuso de menores dentro de la misma Iglesia y sus instituciones. Ante esas penosas realidades el papa se ha esforzado por poner ante los ojos de los hombres valores que puedan devolver la sensatez y la esperanza.

El 12 de septiembre de 2019 Francisco se dirigía a las instituciones y a todos los hombres, invitándoles a suscribir un Pacto Educativo Mundial para fomentar la fraternidad humana a través de la educación; una alianza educativa para superar las lacras del pasado y proporcionar esperanza a las nuevas generaciones; un acuerdo dirigido a fomentar madurez, responsabilidad, diálogo y comprensión, así como la formación de servidores del bien común. El Pontífice propugna un estilo de vida más sobrio -repensar la economía y la política-, superar el individualismo y el consumismo, así como el pensamiento débil a través de unas convicciones sólidas que den sentido a la vida; adoptar un compromiso a favor de la justicia y la paz; asumir la custodia de los más débiles y desfavorecidos así como el cuidado de la Tierra, casa común. Recuerda un punto central y es que no hay que confundir la educación con la instrucción frecuentemente orientada con criterios utilitaristas o burocratizados. La educación hace referencia a los valores en creyentes y no creyentes. Respecto a las religiones, el Pontífice habla de "distintos caminos para llegar a Dios": una verdad que estremece al católico.

El papa se dirige a las familias como primeras educadoras, a las religiones, los medios de comunicación, las universidades y centros de enseñanza de todos los niveles, artistas, deportistas y científicos para que suscriban este programa; llevarlo a la práctica no solo en las instituciones docentes sino en todo tipo de educación formal e informal; valores que deberían estar presentes de forma transversal en todo el discurrir humano. Como decía el Pontífice con gran sentido común, "sería infantil esperar todo de los que nos gobiernan. Gozamos de un espacio de corresponsabilidad capaz de iniciar y generar nuevos procesos y transformaciones", "una nueva cultura", "una arquitectura de la paz". El Pontífice se dirigía en esos términos a los participantes en el Pacto Global sobre la Educación, reunidos en la Universidad Lateranense de Roma el 15 de octubre de 2020. Un año más tarde -el 5 de octubre de 2021- repetía el mensaje con motivo de la Jornada Mundial de los Docentes instituida por la UNESCO, pidiendo "no ocultar a las nuevas generaciones las verdades que dan sentido a la vida".

Por su parte la Congregación vaticana para la Educación Católica, ha publicado en 2020 un Vademecum e Instrumentum laboris muy interesantes, dirigidos al análisis y reflexión sobre los valores en nuestras sociedades y desarrollando el pensamiento del papa Francisco. Estos documentos fueron enviados a las escuelas, universidades e instituciones educativas católicas y a algunas de éstas se ha encomendado profundizar y establecer un diálogo sobre determinados aspectos del programa: actuar en red como pide el Pontífice.

Papa Francisco, Un Pacto Educativo Global, en www.conferencia episcopal española.es

Juan Ignacio Encabo Balbín