Una visión nueva del siglo XVII

El profesor
class=SpellE>Hugh
TREVOR-ROPER realiza en su último trabajo sobre el

siglo XVII europeo una autentica revisión a fondo de las famosas tesis de Max

Weber y el origen del capitalismo. Así
empieza por estudiar si realmente el calvinismo fue el motor del

desarrollo económico y cultural europeo desde el siglo XVII: "Si analizamos a

la clase empresarial de las nuevas ciudades ‘capitalistas’ del siglo XVII,

descubrimos que en ella predominan los inmigrantes, y que esos inmigrantes,

cualquiera sea su religión, provienen en su gran mayoría de cuatro zonas:

flamencos, judíos Lisboa-Sevilla; algunos del sur: italianos de cómo, Lucano,

Milán" (p.32).

Seguidamente, añade: "Las

técnicas que los flamencos llevaron a Holanda, Suecia y Dinamarca, y los

italianos a Suiza y Lyón, eran las viejas técnicas

del capitalismo medieval tal como se habían perfeccionado en vísperas de la

Reforma, con la diferencia de que ahora se aplicaban a nuevas regiones. Eso es

todo" (p.35).

Inmediatamente desarrolla

su propuesta: Eran erasmistas antes que calvinistas (p.38). Y añade: "Los

revolucionarios del Norte adoptaron la crítica erasmista de la repúblicas

mercantiles, pero, claro está, con una gran diferencia. Aunque era posible que

los erasmistas simpatizaran con parte del programa luterano, no podían

adaptarlo hasta las últimas consecuencias: de hacerlo, habrían traicionado su

civilización" (p.44).

Así pues, con rotundidad

confirma que: "Las nuevas ideas que nos interesan no surgieron de los

calvinistas, sino de los herejes que se las habían ingeniado para desbaratar o

eludir el control de la Iglesia calvinista: herejes a quienes los verdaderos

calvinistas habrían quemado si se les hubiera presentado la oportunidad"

(p.212).

Para Trevor-
class=SpellE>Troper
: "La religión en el marco del cual floreció la

ilustración no fue el calvinismo, sino el arminiamismo

o el socianismo. El calvinismo, esa feroz y cerrada

recreación del escolasticismo medieval, era su enemigo: el último enemigo que

cayó en las últimas trincheras de Holanda, Inglaterra, Suiza y Escocia"

(p.221).

Y vuelve a su Tesis

erasmiana: "Si el arminismo es libre albedrío en la

teoría y tolerancia en la práctica, en el marco de una Iglesia cristiana

reformada, primitiva y visible, Erasmo es el primer arminiano;

de hecho, los arminianos holandeses lo creían así"

(p.226). Para nuestro autor, el erasmismo es sinónimo de: "liberal, escéptico,

tolerante y místico" (p.227).

La conclusión de nuestro

autor es contundente: "A su llegada, la Ilustración del siglo XVIII fue una reunión

de todos los herejes, la reintegración de un movimiento que la revolución

religiosa había frenado y transformado, pero no había logrado destruir"

(p.238).

De todas formas, Trevor-
class=SpellE>Roper
no deja de señalar: "Si bien el calvinismo fue

retrógrado y represivo en el terreno de la intelectualidad, en el campo

político prestó un servicio esencial" (p.238).

 

José Carlos Martín de la Hoz

Hugh
style='mso-ansi-language:ES'> TREVOR-ROPER, La

crisis del siglo XVII. Religión, Reforma y cambio social,
ed.
class=SpellE>Katz, Madrid 2009, 488 pp.