Volver a la fe: después de la Confirmación

 

«Tus hijos volverán», es lo que dice el profeta Jeremías en nombre de Dios a Raquel que llora por sus hijos. Y junto a ella destaca Mónica que lloró por su hijo Agustín, y tantas madres de ayer y de hoy. El sacerdote Manuel Morales ha recogido algunos testimonios de algunas madres y aportaciones de expertos sobre el recurso a la oración perseverante y esperanzada para lograr la conversión de un hijo querido.

Es demasiado frecuente, aunque no generalizado, que algunos jóvenes dejan de practicar poco después de haber recibido el sacramento de la Confirmación con una preparación de uno o dos años. La pregunta es ¿qué han asimilado de esa preparación a nivel intelectual y sobre todo vital? Recuerdo a un joven que deja el seminario después del primer año con problemas de fe, tales como ¿por qué esas guerras y violencias relatadas en el Antiguo Testamento?, ¿por qué Dios permite tantos males? Me parece que no ha tenido paciencia para estudiar Escritura en los próximos cursos, y antes hablar a fondo con el formador o uno de los sacerdotes del seminario. De todos modos, confío en que vuelva después de un año sabático que le ayude a madurar.

Otros tienen los mismos problemas, avanzan en la universidad y viven una libertad mal entendida, como si antes no hubieran sido libres; lo que pasa es que todavía les faltan años para madurar a la altura del compromiso con el Evangelio, a la altura de la Iglesia que apenas entienden arrastrados por unos tópicos que se pueden resolver con la debida asistencia formativa y espiritual. Las salidas con algunos compañeros, amigos de ambos sexos, la bebida o quizá los porros para empezar, y un noviazgo elemental que les descoloca acaban por alejarles de la Iglesia, de Jesús al que ven como ideal poético, y de Dios al que no entienden. Muchos se recuperan más adelante dependiendo en primer lugar de la condición creyente de los padres y abuelos, y de encontrar una iglesia para reencontrarse con Jesucristo vivo, a la vez que se comprometen en tareas de voluntariado.  

Volviendo a esa obra, señalemos que en la educación de los hijos hay un momento en que las madres y los padres, toman conciencia de que su acción es muy limitada y de que no pueden controlar a los hijos[1]. Las teorías educativas y psicológicas no pueden sustituir a la intuición y el amor maternal y paternal. Ciertamente son tiempos difíciles en que las familias trabajan codo con codo para aprender y enseñar con el ejemplo de la fe encarnada y eficaz en buenas obras. Recordar la vida de Mónica y conocer algunos testimonios actuales servirá de ayuda para mantener la esperanza en que los hijos jóvenes pueden madurar, aunque sea con mucho esfuerzo. Para eso está la formación viva y las ayudas para discernir el camino de la fe vivida con plena libertad desde la verdad.

Jesús Ortiz López

 

[1] Tus hijos volverán. Manuel Morales. Editorial Ciudad Nueva. Madrid, 2020.

Volver a la fe. Jesús Ortiz López. ADAP. San Cugat, 2013.

Creo, pero no practico. Jesús Ortiz López. Eunsa, 2010, 2ª ed.