Volver a lo esencial



El Profesor Cordovilla ha redactado un lúcido anális de la cultura
actual y una vez analizada la crisis del pensamiento teológico y cultural,
desarrolla ampliamente un sabio consejo para salir de tiempos de crisis: volver
a lo esencial (p.14)


Es indudable que estamos al final de una etapa y en el comienzo de
otra (p.23). Como decía Juan Pablo II en esta nueva cultura y nueva
civilización que está surgiendo, es preciso que los cartólicos estemos
presentes para que surga una cultura y una civilización cristianas, donde el
hombre pueda ser realzado en toda su dignididad como persona y como hijo de
Dios.


Hay en este trabajo muchas llamadas a participar en ese
apasionante proyecto abierto a la trascendencia y abierto al hombre. Así
tomando las palabras del Lineamenta del próximo Sínodo sobre la Nueva Evangelización
donde se afirma que hay que saber leer y descrifrar la nueva cultura
(Lineamenta n. 6), añade: "No somos simples espectadores de lo que sucede,
somos actores en el mundo, como hombres y como cristianos" (p.19).


Precisamente afirma Cordovilla en acuerdo con los: "Hay que
evangelizar al mundo de hoy desde sus desafíos, no desde nuestros anhelos y
deseos" (p.23). Y muchos habitantes de
ese mundo que hemos de evangelizar
actúan como si Dios no existiera, por lo que es preciso aportar una
vida y un pensamiento coherente con la
fe.


Precisamente
la coherencia de fe y vida que muestra la Iglesia en el ejercicio de la caridad con el
prójimo inmediato y siempre con el necesitado hace creible nuestra fe: "Todo
discurso que no tenga en cuenta la pasión y el sufrimiento de los hombres que
ha sido asumido y transfigurado desde la pasion de Dios, termina siendo
irrelevante y, en el fondo, blasfemo" (p.35).


Ahora bien esa caridad que siempre ha vivido la Iglesia se fundamenta en
el encuentro personal con Jesucristo: "El encuentro con Dios se da siempre en
el hoy, que remite a su vez al presente de Dios, que es eterno, y al presente
del hombre, que es temporal" (p. 83).


El diálogo con el mundo se hace en el mundo, en el corazón de cada
creyente con Jesús y los demás.: "El
entramado y el tejido no se ven directamente, pero son lo decisivo de
una realidad" (p. 95).


Así se da esa perfecta sintonía entre fe y caridad: "La fe sin
caridad no da fruto y la caridad sin fe sería un sentimiento a merced de la
duda" (p. 131). Y añade con urgencia y optimismo: "Estamos ante una ocasión
única de hacer del amor el centro de la comprensión del cristianismo " (p. 132)


Volver sobre la primera Encíclica de Benedicto XVI es volver a lo esencial:
la caridad, lo más grande que el cristiano puede aportar a esa nueva cultura y
a esa nueva civilización: "El amor es lo
más grande que un ser humano puede dar a otro, es algo divino y humano" (p.
149). La alteridad. "El otro no es un
objeto, sino un rostro que me interpela y que me pide ser acogido en aceptación
amorosa y misericordiosa" (p. 155).


 


 


José
Carlos Martín de la Hoz


 


 


Ángel
CORDOVILLA, Crisis de Dios y crisis de fe. Volver a lo esencial, ed. Sal
Terrae, Santander, 2012, 182 pp.