Café y cigarrillos

Como en otros libros de este autor, se percibe un estilo brillante. En este caso son muchos relatos, muy diversos en cuanto al contenido y a la longitud. Lo que me ha parecido bastante relevante es su deje ateo, con un empeño en hacer comentarios de un cierto menosprecio hacia los creyentes, y me ha parecido lamentable es que haya tantos relatos en los que describe que hay una mujer desnuda. Que haya un relato donde se le ocurra, como un desliz, decir algo indecoroso, pues pase, pero que haya muchos en los que se dice algo sobre una mujer desnuda que aparece por el motivo que sea, me parece que supone por parte del autor una cierta obsesión.