Chantaje a una jueza

Una juez de instrucción de Lugo investiga la corrupción en el Partido Demócrata Cristiano de Galicia. Los corruptos disponen de apoyos a muchos niveles, Amalia es expulsada de la carrera judicial y finalmente pierde la vida.

Suicidio o asesinato es la pregunta que se formulan sus amigos y antiguos colaboradores, pero también sus enemigos, que temen que su muerte vuelva a colocarles ante el foco de la opinión pública y termine con ciertas aspiraciones políticas.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2022 Espasa
260
978-84-670-6666-1
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La novela guarda un gran paralelismo con la realidad y esconde un juicio político. Recuerda el caso de la juez de Lugo Pilar de Lara. Ésta abrió demasiados sumarios por corrupción a demasiados imputados, los dejó abiertos un tiempo excesivo y con tan pocas pruebas que terminó por ser sancionada ella misma  y movida a otra localidad.

Pardo de Vera hace una apología de la juez de su novela, como una heroina que ha sido vencida por fuerzas oscuras. Reúne en uno solo todos los casos de corrupción que hemos conocido, o no, en Galicia y fuera de ella: prostitución, trata de blancas, cohecho a políticos y funcionarios, cooperación de abogados, jueces y fuerzas de seguridad, blanqueo de capitales y fraudes societarios.

A la cabeza del entramado coloca a un político del PDC -Partido Demócrata Cristiano- que en la novela gobierna en Galicia y en España; aunque el Gobierno de España terminará con una moción de censura en la que se unen todas la fuerzas de la oposición. Demasiado evidente y demasiado unilateral. La otra cabeza de la trama la constituye un empresario lucense, Carlos 'O leites', que se dedica al negocio legal de la leche pero hace su dinero con la prostitución. Por su prostíbulo Princess han pasado políticos, periodistas y funcionarios, alguno de los cuales ha sido grabado.

El relato comienza con la muerte de Amalia y a partir de ahí sus amigos -un abogado, una periodista y un guardia civil- se mueven bien y desarrollan una trama simple pero bien trazada. Son los detalles los que prestan credibilidad a una novela y la autora sabe incorporarlos al relato como quien los ha conocido de primera mano y ¡oh desgracia! quiere hacer la justicia que no se ha alcanzado en los Tribunales a través de una novela. El entorno -Lugo, Santiago, Navia de Suarna- Ana Pardo de Vera lo conoce bien y lo incorpora a la historia en la medida justa.

Tanto la prostitución como la dibuja la autora como la corrupción política y administrativa son repugnantes. Sobre esta última pone por escrito -no sé si lo inventa- el siguiente proverbio: "El primer favor que se hace es ilegítimo, el segundo es ilegal"; podríamos añadir que, sobre todo, si se hace a cambio de dinero como es el caso de la novela. También queda clara en el relato la colaboración de gabinetes jurídicos que intervienen para dejar a salvo la imagen de los delincuentes, por medio de sociedades pantalla, testaferros, influencias y sobornos.

La situación de los investigadores es arriesgada, sean jueces, periodistas o fuerzas del orden; cualquier paso en falso puede dejarlos fuera de una línea de investigación en la que creen fervientemente. El alcohol y otros excesos -es el caso del guardia civil Eugenio, Xeno para los amigos- puede acabar por rematarlos. Los personajes están decididamente bien tratados.

La novela tiene sus defectos; no destaca literariamente y nos gusta el comienzo, el cual es importante en una novela. En algunos momentos nos recuerda los relatos de investigación de Lorenzo Silva o Domingo Villar, aunque desarrollados con menos profundidad ya que Chantaje a una jueza es una novela breve. No obstante, mantiene la atención del lector y tiene un final inesperado, que es lo que se espera de una novela policiaca.