CSI Casos reales españoles

(Propuesto por Álvaro) Carlos Berbell nos introduce en la vida de la Policía Ciéntifica y del Servicio de Criminalística de la Guardia Civil, a través de los casos españoles más importantes que han saltado a los medios de comunicación en los últimos meses. Aprovechando el tirón de la serie de televisión CSI, nos muestra cómo ésta no se aleja tanto de la realidad, y los procesos de los que se sirven para analizar los distintos casos que se presentan, son los mismos de los que actualmente se sirven las fuerzas del Estado. Destacar, aparte del lenguaje periodístico en el que está escrito el libro, el interés del autor en que el lector conozca todos los métodos de investigación, introduciéndose en no pocas veces en temas científicos, con el fin de entender mejor el trabajo de la Policía Ciéntifica. A quien le guste saber cómo se identifican muestras por ADN, para qué sirve el luminol, los avances de la antropología, la odontología y la entomología forense, qué es la lofoscopia, cómo se utiliza y en qué casos la grafística, que no dude en leerse este libro ameno y entretenido. Prólogo de Luis del Val.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2003 La Esfera
418
Valoración CDL
3
Valoración Socios
0
Sin votos
Interpretación
  • No Recomendable
  • 1
  • En blanco
  • 2
  • Recomendable
  • 3
  • Muy Recomendable
  • 4
Género: 

Comentarios

Imagen de cdl

Nada se desvanece sin dejar un rastro.» Ésta es la máxima de la que se sirven la Policía Científica (Policía Nacional) y el Servicio de Criminalística (Guardia Civil) a la hora de afrontar los asuntos más turbios y complicados. Al igual que los protagonistas de la serie de televisión CSI, los investigadores españoles se sirven de la más moderna tecnología y los más avanzados métodos de trabajo para analizar la escena del crimen, descubrir la verdad y detener al culpable.

Como se demuestra en los diversos casos españoles recogidos en este apasionante libro, muchas son las vías para esclarecer un asesinato: las revolucionarias pruebas del ADN, el microscopio de comparación -herramienta reina en la identificación balística-, el luminol -un compuesto químico que, al entrar en contacto con la hemoglobina, desvela rastros de sangre ocultos a la vista-, la luz forense -que permite «ver» donde antes había oscuridad- o las huellas latentes -impresiones «invisibles» que se producen por la mezcla de sudor y aminoácidos.