La vida de un fiscal egipcio en su modesto destino rural, discurre con la monotonía burocrática de los pequeños delitos cotidianos -hurtos, disputas vecinales, etc...-. Una noche, sin embargo, es despertado precipitadamente con la noticia de un asesinato. La traducción del brillante arabista Emilio García Gómez, Premio Príncipe de Asturias 1992, no hace sino iluminar este divertido relato que refleja con ironía y sensibilidad la realidad de la población egipcia de las aldeas en aquellos años
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Comentarios
Un libro entretenido y basado en lo anecdótico. Muestra muy bien el carácter de las gentes de Egipto. Se lee muy facilmente (además la edición es buenísima) aunque quizas el relato no sigue un orden muy concreto, por sacarle algún fallo; aún asi recomiendo su lectura, especialmente a los estudiantes de derecho, te puede mostrar una cara más atractiva de la carrera. saludos.
Diario de un fiscal rural es una novela basada en su experiencia como funcionario. Por esta narración desfilan toda clase de pequeños y grandes crímenes, que pueden darse en las olvidadas poblaciones rurales egipcias, así como las limitaciones materiales y humanas que hacen tan difícil muchas veces ejercer la justicia. Ironía, humanidad, un humor lleno de comprensión hacen casi un sainete en torno a un asesinato que se comienza a investigar y que va a servir de acompañamiento a un sinfín de acontecimientos, anécdotas, reflexiones y críticas a la sociedad egipcia de la primera mitad del siglo XX.
La novela tiene ingredientes para que resulte fácil e interesante su lectura: la amable y comprensiva forma de presentar unos temas tan humanos como dramáticos, un ambiente y unos personajes muy reales, penurias y lastres sociopolíticos ya superados que aunque localizados en el más lejano país mediterráneo son muy reconocibles en nuestro propio pasado próximo. Ángel García Prieto. (Aceprensa.com)