El agente secreto

Verloc, revolucionario inglés a sueldo de la embajada rusa en Londres, es instado por ésta para que realice un atentado en la ciudad. Hasta esa fecha había sido un activista de salón y su única misión consistía en infiltrarse en los grupos anarquistas e informar a la policía sobre sus actividades. Por lo demás lleva una vida acomodada en un entorno familiar. Ahora se encuentra en un compromiso y adopta la peor solución; una que le costará la vida y la de su familia.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2003 Valdemar
264
84-7702-452-1

Publicación original en 1907.

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A mediados del siglo XIX apareció en Europa el anarquismo, filosofía política que reaccionaba contra los excesos y miserias de la sociedad industrial. Los anarquistas defendían la desaparición de la propiedad privada y de cualquier tipo de autoridad ("ni Dios, ni amo"). Era un objetivo vasto que les llevó a atentar contra Reyes, Presidentes, Obispos y burgueses. Su instrumento preferido fueron los explosivos, medio de asegurar la eficacia y publicidad de sus atentados, y los activistas se desplazaban por distintos países escapando de la Policía. En 1894 un anarquista realizó un atentado fallido contra el Observatorio Astronómico de Greenwich, en Londres. El hombre murió y quedó la incógnita sobre sus motivos.

Con estos mimbres Joseph Conrad construye su novela "El agente secreto". En 1881, el zar Alejandro II había sido asesinado por los revolucionarios; Conrad imagina a la embajada rusa en Londres queriendo impedir que la ciudad siga siendo un refugio de terroristas. Para ello compromete a Verloc, activista a sueldo de la Embajada, para que realice un atentado en la ciudad. El autor nos presenta al grupo anarquista allí reunido: Michaelis, Karl Yundt, Ossipon y el propio Verloc. Este es un revolucionario teórico, que lleva una vida confortable gracias al dinero que recibe de la Embajada rusa. Está casado y su tapadera es un bazar miserable en los suburbios de Londres.

Además de la historia de la familia Verloc, anarquistas y policías, la novela gira alrededor de la ciudad de Londres: "Capital monstruosa, más populosa que algunos continentes y, en su poderío, alzado por los hombres, casi indiferente a los ceños y sonrisas del cielo; devoradora cruel de la luz del mundo" (Nota del autor, pág.15). Recordemos que Conrad fue marino y que estaba acostumbrado a los cielos abiertos y a los paisajes naturales.

La prosa del autor sobre la ciudad y la psicología de sus personajes se nos antoja excelente. Tiene algo de Dickens en sus personajes y de Chesterton en los ambientes. El autor señala la frivolidad con la que en ciertos círculos -por ejemplo en la tertulia de la vieja aristócrata Annie- se aborda la cuestión del anarquismo. Por el contrario, para el inspector jefe de policía Heat y el terrorista conocido como el Profesor se trata de una apuesta personal y dramática. Se ha tachado la novela de algo repetitiva, lo que alarga innecesariamente su lectura.