El agradecimiento no es sólo una fórmula de cortesía. Es sobre todo una opción fundamental ante la vida, entendida ésta como un regalo, como un don.
Hay que ser agradecidos con las personas, pero también es necesario partir de la actitud permanente de estar agradecidos con la vida, por la sencilla razón de que es ella la que nos posibilita abrirnos a todo lo bueno y al amor.