El compañero de viaje

Durante los primeros días del mes de septiembre de 1943, un pequeño destacamento de soldados italianos situado en el sur de la península apenina, en Calabria, espera el desembarco de las tropas aliadas, que ya han ocupado Sicilia. Convencidos de que ya no pueden hacer nada por defender su propia tierra, tan sólo combaten por preservar su dignidad de soldados italianos. Entre ellos se encuentra el alpino Calusia, quien, tras la batalla librada contra los aliados ingleses en la zona, remontará media península hasta Nápoles para devolver a su familia los restos mortales de su teniente muerto en combate. En su viaje, acompañado de un burro que transporta un cadáver en descomposición y bajo el calor del verano, Calusia será testigo de los estragos de la guerra: el hambre, el miedo y la derrota han embrutecido a un pueblo que, para sobrevivir, comete cotidianamente violencias e injusticias contra las que el propio Calusia se rebela.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2010 Alfama
70
978-84-92722-04-4

Título original: Il compagno di viaggio. Prólogo de Justo Navarro. Traducción: Paula Caballero Sánchez.

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Se trata de un relato breve, que Malaparte pergeñó con media docena de anécdotas sobre la derrota del ejército italiano del sur de la Península. La historia podría haber dado mucho más de si, pero se quedó en un cuentecillo de veinte páginas. Más adelante el autor trataría de adaptarlo para el cine sin que terminara llevándose a la pantalla.

Malaparte disfruta describiendo la miseria del pueblo después de la derrota. Es como si dijera: si no hemos podido ser los heroicos creadores de un gran imperio recreémonos al menos con la humillación. Recuerda como las mujeres se prostituían con los soldados negros norteamericanos. Es como un racismo al revés, recordar a los creadores del nuevo orden fascista que sus mujeres habían terminado entregándose a los hombres de color.

Malaparte -pseudónimo de Kurt Erich Suckert- fue un hombre peculiar: de origen alemán luchó contra Alemania; comenzó en el Partido Fascista y terminó en el Comunista. Gramsci lo definió como una mezcla de "arrivismo desenfrenado, desmesurada vanidad y esnobismo camaleónico"; no obstante siempre encontró quién le protegiera: durante el fascismo fue el conde Ciano, yerno de Mussolini, y en el Partido Comunista el secretario general Togliati.

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(de Ángel García Prieto)
Esta breve historia, en la que las situaciones y personajes están apenas esbozados pero son muy elocuentes, hay espacio para el amor y para el humor. Es, en fin, sólo una aparente obra menor, porque está llena de expresividad y contenido. Y es una suerte que haya sido editada después de los años, porque no ha perdido vigor, sigue nueva, como todo lo que es clásico.

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Conmovedor, directo, entrañable, idealista o humano, son algunos de los calificativos que encajan perfectamente con este relato corto, que a pesar de su extensión, no desmerece en nada por su contenido, sino más bien todo lo contrario. La narración es una sucesión de imágenes que convierten la obra en fábula y prueba que la piedad, el heroísmo y lo patético son compatibles con el humor. Es sin duda un canto a la dignidad humana, al sentido del honor, del cumplimiento de la palabra dada, del sentido del cumplimiento del deber, virtudes estas últimas muy arraigadas en el espíritu militar pero que, en general, son cualidades del hombre que nunca deberían dejar de estar de actualidad y que siempre se debieran encontrar en su presente y a su lado. Escrito con absoluta limpieza, se lee de un tirón.