El dictador y la hamaca
El dictador de un imaginario país de América del Sur, cansado de gobernar, contrata a un doble y se marcha a Europa en busca de todo tipo de diversiones; a su vez, el doble, fatigado, consigue encontrar a un doble de sí mismo y emigra a Estados Unidos, hecho que se repite varias veces más. La obra es una parodia irónica sobre las señas de identidad del individuo, a la vez que caricaturiza a los dictadores sudamericanos por su actitud paternalista hacia los pobres, de cuya pobreza son primordialmente responsables.
Valoración CDL
Valoración Socios
Sin votos
Interpretación
- No Recomendable
- En blanco
- Recomendable
- Muy Recomendable
Género:
- Inicie sesión o regístrese para comentar
Contacto
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional.
Comentarios
El título del libro es El dictador y la hamaca, por lo que se puede pensar: ¿Qué tiene que ver un déspota con una hamaca? A lo largo de la historia los dictadores han tenido los suficientes lujos como para acostarse en una gran cama y por lo que el título de la nueva novela de Daniel Pennac se podría titular El dictador y su aposento, por ejemplo.
Pero eso es exactamente de lo que quería huir el escritor francés. Su intención era desligar al dictador de su postín y dejar a su persona sola frente a sus miedos. Este libro es una reflexión sobre la búsqueda de identidad, sobre el poder y el temor a frentarse a uno mismo que tienen los tiranos. "Está llena de ironía y existe un constante intercambio entre ficción y realidad", según señala el autor.
Es la historia de un dictador en el Estado de Piauí, en Brasil, cuya capital es Teresina. Un buen día, el presidente decide huir de las multitudes y las concentraciones públicas porque una bruja le prevé que morirá en una lucha con campesinos. El dictador, preso del miedo, llega a grandes ciudades europeas como París o Berlín, donde tiene pocas oportunidades de encontrarse con campesinos. Pero tiene que dejar a alguien en el poder y busca un doble para que cumpla su función política. El primer doble es un barbero que se enamora del cine y decide abandonar el cargo para ser estrella de las grandes producciones del Séptimo arte. El segundo doble descubre que el verdadero poder está en el petróleo y el oro y va a trabajar a una multinacional dejando a otro en el puesto. Y así sucesivamente.