El hijo del viento

En 1874, el sueco Hans Bengler, tras abandonar los estudios de medicina, decide marchar a África con la intención de encontrar un insecto que nadie haya descubierto hasta entonces y con el cual hacerse famoso. Después de un penoso viaje por el desierto de Kalahari, llega a una estación de comercio donde lo acoge otro sueco, llamado Wilhelm Andersson, que se dedica a la caza de elefantes. Una mañana, Andersson trae consigo a un niño negro que, al parecer, se ha quedado huérfano. Impulsivamente, Bengler lo adopta y, como además ya ha encontrado el ansiado escarabajo, decide regresar a Suecia con el niño, al que le da el nombre de Daniel. Ya en la travesía de vuelta, Bengler topa con las primeras dificultades y prejuicios hacia el niño. «Serás objeto de curiosidad, de desconfianza y, por desgracia, también de malevolencia. La gente teme lo diferente. Y tú eres diferente, Daniel», trata de explicarle Bengler. Y en efecto, una vez en Suecia, la vida «civilizada» va aniquilando poco a poco a Daniel, que se siente solo y traicionado y ansía cada vez más volver a África.
 

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2009 Tusquets
360
2011 Tusquets
360
978-84-8383-573
  • Colección: Maxi
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Imagen de enc

Henning Mankell, autor de esta novela, encuentra en una granja sueca una curiosa fotografía del siglo XIX. En ella aparece un joven matrimonio de granjeros con un niño negro, africano. En "El hijo del viento" Mankell trata de imaginar cómo llegó el niño hasta Suecia y qué tipo de vida llevaría en la granja; de qué manera su mensaje genético le impulsaría a tratar de volver a África al encuentro de sus antepasados y de la civilización del desierto en el que había nacido. Mankell domina la técnica de la novela policiaca, por otra parte muy sencilla, lo que ha dado fama a sus obras sobre el inspector Wallander. Fuera de éstas sus novelas valen poco. El autor salta de África a Suecia, rompiendo la unidad de escenario y de ambientación. Tampoco respeta la unidad de acción de forma que multiplica los argumentos dentro de una misma obra con un hilo conductor debilísimo, que el lector no descubrirá hasta el final. Por lo mismo no establece una jerarquía de personajes, distinguiendo entre principal y secundarios. Mankell sobrevalora el papel de la imaginación en la elaboración de la novela y parece incapaz de profundizar en un solo personaje con una sola historia. Lo único que vale un poco la pena de "El hijo del viento" es la tercera parte de la novela en la que el autor imagina cómo sería la vida de Molo (ahora Daniel) en la granja. Antes ha ofrecido al lector un Prólogo en el que nos hace creer que la novela va a ser policiaca. Una primera parte en la que cuenta la historia de Hans Bengler, el entomólogo padre adoptivo de Molo. Una segunda en la que relata el fracaso de Bengler y Molo (ahora Daniel) para sobrevivir en Suecia y cómo el primero deja al niño en manos de un matrimonio de granjeros.

Imagen de serge

Un libro interesante, pero el autor se detiene repetidamente en los comportamientos sexuales del protagonista, sin necesidad aparente. Puede producir un clima desgradable para un tipo de lector y hacerlo desaconsejable.