El problema final

Es una novela de misterio al más puro estilo Conan Doyle o Agatha Christie, pero escrita esta vez por Arturo Pérez-Reverte. Plantea el misterio de asesinato perfecto “a puerta cerrada”, como en el Asesinato de Rogelio Ackroyd de Christie.
El autor nos sumerge en un mundo apacible y placentero (como el que nos podemos encontrar en Diez negritos o el Asesinato en el Nilo). De hecho, la novela se nutre de las fuentes más clásicas de este tipo de narrativa, y lo hace con una maestría espectacular. Además, va guiando al lector (que yo estuve segura de que lo había resuelto desde casi el principio) para al final, en el último capítulo, dejarte con la boca abierta. Porque no es un final que el autor construya de la nada, sino que todas las pistas han estado ahí todo el tiempo.
Además, el autor nos hace partícipes de reflexiones sobre la literatura de género, reflexiones con las que, como decía antes, te va guiando y, aunque ciertas todas ellas, te va llevando a su terreno, y una, que se deja llevar, acaba engañada.
Es una novela entretenida, que te atrapa y no quieres soltar. Es una novela tranquila, en la que no hay sobresaltos ni sustos. Una novela que te abstrae, fácil de leer porque está escrita con una sencillez impecable, solo propia de los grandes escritores.

Se lee en nada; excepto si tienes hijos, en cuyo caso es absolutamente imposible hacer nada sin cincuenta interrupciones; por eso a mí me ha costado bastante tiempo, pero la culpa no la tiene la novela, que conste.

Público: todo el mundo. Desde gente joven, que le vendría bien leer esto por lo bien escrito que está, hasta todas las edades.

Pérez-Reverte es uno de esos autores que te gustan o no te gustan. Lleva muchos años escribiendo novelas de todo tipo, alternando géneros, tramas, relevancia y actualidad. Pero hay una propiedad de su obra literaria que no se le puede negar: el gusto por la buena literatura. Algo que demuestra de nuevo en este homenaje a las novelas policíacas clásicas.

La novela negra en todas sus variaciones, incluyendo los relatos sobre espías, está en auge. Continuamente salen nuevas series, con un detective singular que soluciona casos de todo tipo, y añade a la trama su propia personalidad o la de su equipo.

Pérez-Reverte ha escrito una novela excelente como homenaje a los autores clásicos de este género, y más especialmente a Conan Doyle, el creador de Sherlock Holmes y su ayudante Watson. Ambienta el relato en 1960, antes de que la electrónica asumiera con desfatachez posesión de nuestras vidas, en una pequeña isla junto a Corfú. Allí, en un pequeño hotel, se reúne una docena de personas entre huéspedes y empleados. Una tormenta impide que el protagonista y narrador prosiga su viaje. Se trata de Hopalong Basil, un conocido actor, que llevó a la pantalla a numerosas obras de Sherlock Holmes y que, en la consciencia de muchos aficionados, encarna como nadie al famoso detective. Por tanto, no resulta sorprendente que todos los habitantes de la isla recurran a él cuando se descubre un cadáver en una pequeña caseta de la playa: una de las huéspedes parece haberse quitado la vida.

A partir de ahí, aún sin querer, comienza con las pesquisas y las observaciones, ayudado de un español, escritor de novelas policíacas «de kiosko», y conocedor de la obra de Doyle. A lo largo de la obra, el narrador va analizando la esencia de este género literario, respaldando sus ideas con citas tomadas de los libros de Doyle y de otros autores, como Agatha Christie. La obra está perfectamente orquestada, incluyendo el final-epílogo, en el que «Holmes» Basil expone ante la persona a la que considera homicida cómo llegó a sus conclusiones.

Excelente novela, imprescindible para los amantes del género policíaco.