Cuando se publicó «El retrato de Dorian Gray», la crítica moralizante no dejó de acusar a su protagonista de ser una figura satánica, corrompida y corruptora, sin comprender que era el héroe de una novela que reflejaba la fatalidad de los románticos: Oscar Wilde (1854-1900) había querido hacer de la belleza un refinamiento de la inteligencia; y para ello sumió a su protagonista en una atmósfera de perversión dominada por el arte y los poderes de un misterio que está más allá de la realidad: gracias a los dioses, el culto a la belleza puede trasladar las huellas del paso del tiempo a un cuadro, mientras el rostro de Dorian Gray permanece inalterado e inalterable.
Pero Oscar Wilde va más allá de la simple descripción: incrusta a su personaje en un crimen y, como Edgar Allan Poe en sus relatos, lo rodea de un misterio que la razón no puede explicar. Cuento fantástico y parábola, Dorian Gray sigue siendo, cien años después de la muerte de su autor, una piedra angular en los debates entre la ética y la estética, en las relaciones que mantienen el bien y el mal, el alma y el cuerpo, el arte y la vida. Presidida por la ley de la fatalidad, Dorian Gray, que también encarna el mal y su castigo, no deja de alcanzar el objetivo que el propio Wilde quería para su libro:
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
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0000 | Pluma y papel |
310 |
Publicada en 1891 |
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2006 | Debolsillo |
272 |
Edición barata: 8.50 € |
Comentarios
Hay que tener en cuenta, el papel de Lord Henry; más mayor, que le encandila con su forma de hablar y le lleva a la perdición, he observado que este personaje tiene gran parecido con el demonio de una manera sutil, pero muy defendible; su alter ego con el que se codea es basil, el pintor; intenta llevar por el buen camino a Dorian, hasta que “rompe toda relación con él”. ¿gana el diablo por esa predilección romántica hacia él mal?
THE PORTRAIT OF DORIAN GRAY
Oskar Wilde. Penguin Books. London 1995
Lord Henry es un cínico vividor que envenena el ambiente con sus frases redondas y llenas de sensualidad. Halward es el pintor del cuadro. Dorian es un joven guapo, rico y sin compromiso. Hay un triangulo casi homosexual entre los tres. Dicen que Wilde se identificó con el pintor, y tenía como ideal al dórico Gray, aunque la gente decía que era como el Lord. Las sentencias de Henry son lo mejor. La historia del cuadro que simboliza la conciencia y se va deteriorando es un poco rebuscada: una nueva versión de Fausto. Lo mismo que las actitudes de Sybila y James Vance.
El retrato de Dorian Gray novela en la que se señala lo importante que puede llegar a ser la belleza para una persona, hasta el punto de vender su alma por permanecer siempre bello. Con este tipo de libros te das cuenta que lo mas importante es la belleza interior y no la exterior, ya que a Dorian Gray solo le lleva a ser infeliz el resto de su vida.
La tesis de la obra es lo que supone vivir sin valores. Todo muy estético, muy refinado. Sin embargo deja claro cuál es el final de ese estilo de vida. Fue el fin que tuvo Oscar Wilde, que fue juzgado por corrupción, tuvo que huir del Reino Unido y acabó viviendo pobre en Francia y Suiza acogido a las ayudas de sus admiradores.
El retrato de Dorian Gray, novela publicada en 1891, es una tesis sobre el destino de la belleza. El texto la exalta pero también la vitupera. Hay una encrucijada que enreda la vida de Dorian Gray: está atrapado en el laberinto de su propia belleza y es imposible salir indemne. Llena de frases admirables, de aparentes paradojas y de conversaciones que indagan los meandros del arte y de la vida, la novela se vuelve un exquisito tratado sobre la vanidad humana, la insatisfacción del deseo y los fantasmas de la culpa.