España, aparta de mí estos premios

Escrita con estilo jocoso y elegante, resulta una obra desternillante máxime cuando la realidad es más increible que la propia ficción. Se nota que el autor conoce bien España, a los españoles y, sobre todo, a los políticos locales que quieren a toda costa exaltar hechos o personajes de su historia o costumbres. Si no fuera porque han ocurrido- conseguir tantos premios con casi la misma historia, a veces con largos párrafos totalmente idénticos que es lo que pretendía demostrar el autor y lo ha conseguido ampliamente- sería dificilmente creible que pudiera suceder. Su lectura resulta relejada, hilarante, simpática (haciendo caso omiso de los exabruptos que pone en boca de un clérigo) y divertida. Obra relajante, con risas y sonrisas continuas.