He robado el mar

El abuelo de Óscar va a vivir con él y con su madre, después de salir del hospital. Un día, le confiesa un secreto: ha robado el mar y lo ha escondido en su casa. Día tras día, Óscar busca en el piso del abuelo, pero ¿cómo puede haber escondido el mar en una casa?

En esa búsqueda, Óscar encontrará objetos maravillosos con los que jugar con su abuelo y vivir emocionantes aventuras. 

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2021 Narval
78
978-84-120836-8-2

Ilustraciones de Patricia Metola

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Relato breve sobre la relación entrañable entre un abuelo y su nieto. El protagonista es Óscar, un niño de diez años, divertido y alegre, al que le gusta jugar al fútbol con sus amigos cuando termina el colegio. Sin embargo, cuando su abuelo sale del hospital y se va a pasar una temporada a casa con ellos, Óscar decide compartir también sus horas de juego con el abuelo. En estos ratos se establece entre ellos un vínculo de complicidad, y el abuelo recuerda sus aventuras de juventud, las películas del oeste, sus vacaciones en la playa: historias del pasado que revive junto a su nieto, en las que se funden el sueño y la realidad, la fantasía y el poder de la imaginación. Y así, en voz baja y confidencial, un día le confiesa que ha robado el mar: “He robado el mar para ti”, como un niño malo que hubiera cometido una travesura. Y, a partir de ese momento, la misión de Óscar es encontrar el mar que el abuelo tiene escondido en su piso, porque “quizá se trataba de un juego en el que el abuelo iba sembrando indicios, como piedrecitas, que lo llevarían hasta el secreto” (p. 14).

El relato, aunque narrado en tercera persona, está focalizado desde el punto de vista del niño que va comprendiendo los pensamientos y las historias que le relata el abuelo: una relación entrañable en la que comparten secretos y recuerdos, recuperan objetos del pasado (la caja de música, la armónica, el catalejo) y disfrutan de aventuras en el mar y en el desierto, espejismos que se materializan de forma nítida ante sus ojos. Como en obras anteriores, la autora Rosa Huertas recrea con acierto y ternura el mundo infantil, el ambiente familiar, el cariño hacia las personas mayores y la importancia de dedicarles tiempo con generosidad, y el valor de vivir aventuras y desarrollar la creatividad y la imaginación. Porque siguiendo los consejos del abuelo, durante toda la vida sería bueno “aprender mucho, seguir jugando y ser curioso”.