La evolución de Calpurnia Tate

Cuenta la vida durante el último año del siglo XIX de una niña de 11 años de Texas, que tiene una familia numerosa de la que ella es la única niña y que descubre su afición por la observación de la naturaleza como Naturalista. Cada capítulo tiene una frase del origen de las especies de Darwin, de ahí el título. Su abuelo es quien la introducirá en su afición. Capítulos breves, muy bien trabajados y deliciosos porque reflejan lo cotidiano de a vida familiar con sencillez y atractivo, hasta el punto de que mantiene muy interesado hasta el final. Una joya. 

Una niña de doce años descubre de la mano de su abuelo el fascinante mundo de la naturaleza, a través de la observación sistemática, del método científico. Calpurnia Virginia Tate es una precursora de su tiempo y tendrá que compatibilizar su interés por la naturaleza con una educación en la que parece que todo lo que le atrae está prohibido ,o más bien, es tarea de varones selectos.
Las observaciones, los comentarios y ocurrencias de Calpurnia son harto ocurrentes y muy divertidos. Se trata de una plácida lectura, ocurrente y divertida, que incita a conocer mejor la naturaleza y a despertar la curiosidad por conocer el mundo circunstante.

Yo también pienso que es un libro para adultos. Refleja muy bien la situación de las mujeres en esa época y lo hace sin amargura. He disfrutado mucho con su lectura y en muchas ocasiones "las salidas" de Calpurnia me han hecho reir. La relación entre la nieta y el abuelo es un regalo para los dos, después de que la protagonista ha tenido la suficiente valentía como para vencer los prejuicios y atreverse a conocerle personalmente. El papel del abuelo hace pensar en la importancia de saber estimular a los niños y adolescentes para que aprendan y disfruten a leer y pensar... Las inquietudes de la niña son un aliciente para hacer cada uno lo que realmente le gusta y quiere, aunque para ello tenga que ir en dirección contraria.

El personaje que vertebra el relato, Calpurnia, no es “la cuarta mujer de Plinio el Joven y a la que dedicó las mejores cartas románticas de todos los tiempos”. Tampoco se trata de “la mujer de Julio César que Shakespeare menciona en su obra Julio César” (cfr. Pág. 28). Se trata de una jovencita de unos doce años, la cuarta de siete hermanos; los otros seis, chicos.
La autora es australiana, afincada en Canadá. La historia está ubicada en un pueblo del Estado de Texas, Fentress, a treinta kilómetros de la capital del estado, Austin.
La historia que Calpurnia nos cuenta tiene lugar durante el último año del siglo XIX y termina, precisamente, el primer día del nuevo siglo XX. Por la novela desfilan todos los miembros de su familia así como los empleados de la casa, de la plantación de algodón, del pueblo, etc. Pero el personaje que más significación tiene para Calpurnia es el abuelo: el capitán Tate. Capitán de la guerra de secesión, la guerra civil de 1861-1865, capitán del bando unionista. Un hombre con el pensamiento puesto en el siglo venidero: un investigador de la naturaleza que empleaba su tiempo libre de “jubilado” recogiendo muestras de plantas y animales con el deseo implícito de pasar a la historia de los investigadores como descubridor de una especie desconocida. El abuelo, de carácter adusto, acoge a Calpurnia como colaboradora en su tarea investigadora, pone en sus manos el libro “La evolución de la especies” de Darwin y le enseña a asombrarse ante la naturaleza como paso iniciático en la evolución personal de la jovencita quien, tal vez por poseer una buena capacidad intelectual, encuentra un gran aliciente en la colaboración con su abuelo. El abuelo le enseñará a investigar, a tomar muestras, a llevar un control diario de los avances y de los fracasos en el laboratorio…
Calpurnia descubre en sí misma un incipiente deseo de dedicarse a la ciencia, de ir a la universidad, en un momento en el que lo que se pedía a la mujer era la perfección en las tareas domésticas, en las artes del bordado y en las destrezas culinarias. Pero este desencuentro en lo que se esperaba de ella y lo que ella realmente quería hacer con su vida, no será el único. En sus relaciones de amistad con otra niña, de fraternidad con sus hermanos menores y mayores, descubrirá las relaciones afectivas entre hombres y mujeres y madurará sus observaciones sobre las relaciones familiares al tiempo que descubre situaciones similares entre los animales o la naturaleza.
Simpática Calpurnia en sus relaciones con otros miembros de la comunidad.
Muy adecuada para los adolescentes de entre 12-14 años, para el primer ciclo de la ESO.

Es una historia de una niña de 12 años, pero no es un libro para niños. Sí para adolescentes y pienso que sobre todo para adultos. Una historia tierna sin grandes sobresaltos. Ya se sabe, siempre hay alguien que dice que no pasa nada. Pero pasa que esa niña, Calpurnia, rodeada de hermanos varones, tiene una sensibilidad por la ciencia poco habitual, sobre todo en la época de la narración, principios del siglo XX. Por detrás de la vida en una granja, de la influencia del abuelo “científico”, la autora nos cuenta muchos detalles del momento histórico, que no dejan de ser interesantes. Desde los nuevos inventos para el trabajo en el campo hasta la llegada de una nueva bebida llamada Coca-Cola. Una narración amena, con buenas descripciones y, sin duda, original en el planteamiento.