La gangrena

Se ha reeditado esta obra de Mercedes Salisachs, con la que obtuvo en 1975 el premio Planeta. La Gangrena narra la historia de Carlos Hondero, que es la historia también de muchos españoles de los tres primeros cuartos de siglo y de las convulsiones, no sólo sociales sino también en el mundo de las ideas y de la moral.
Con el recato propio de la literatura de la época (que describe igual de bien o mejor la situación espiritual de los personajes, que al final es lo que importa, porque lo mecánico es sabido por todos), se va viendo el desmoronamiento interior de los personajes que, faltos de hondura en todo se refugian en lo efímero (el prestigio de oropel, la ambición desbocada, el apego al dinero), para iniciar una decadencia que acaba trágicamente.
Pero sobre todo dibuja la desorientación moral y vital que, de forma convulsa se va introduciendo en la sociedad española. No faltan referentes a la doctrina de la Iglesia (el Concilio Vaticano II, la Humanae Vitae de Pablo VI), y la falsa interpretación que supuso para muchos, incluso sacerdotes, ese moment o histórico. Las figuras del Padre Antonio (un progre que confunde poner la Iglesia al día con abolir la fe de siempre) y del Padre Constantino (fiel representante del sacerdote coherente que no se deja arrastrar por las formas y trasluce la auténtica misericordia), esquematizan lo que eclesialmente, con inevitables consecuencias sociales, se vivió entonces. Lo cierto es que Salisachs ha tenido a bien mostrar que Antonio no deja de ser un formalista iconoclasta mientras Constantino, siendo fiel al ministerio es ayuda real para las personas.
A Hondero, que pasa de pobre a rico; que comete injusticias, es frívolo y adultero y provoca de alguna manera el suicidio de su mujer, se le abre una puerta por la parálisis de su única hija. Ella, atada a una silla, limitada en sus movimientos y sabedora de que no conocerá el amor humano tiene, sin embargo, una infantil confianza en Dios que contrasta con la decadencia moral de los otros personajes (posibilistas, avariciosos, carroñeros, degenerados, obsesos sexuales, alcoholizados…). Esa puerta, a la que se ve unido por un sincero amor a su hija, Carlota, ilumina una historia que, sino parecería inevitable. En el fondo, al final descubrimos, y es de agradecer, que el mal nunca es obligatorio y que, la historia, la auténtica, se decide en el corazón del hombre.
Con esta reedición se restituye la justicia a una autora que, al igual que otros como Gironella, fueron apartados del circuito de la cultura por los espasmos "intelectualistas" de la transición.

Paloma Blanco

www.archimadrid.es

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2004 Planeta
584
978-84-08-05090

Ganadora del XXIV Premio Planeta en 1975

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Carlos Hondero rememora su vida desde la infancia en los años del franquismo hasta los años setenta cuando ha llegado a ser un poderoso banquero. Transcurre principalmente en Barcelona y el lector contempla los cambios en la sociedad, sobre todo desde la óptica de la clase acomodada, con el desarrollo económico, la apertura internacional,  las costumbres y la sociología católica de España.

            Carlos es un hombre trabajador, hecho a sí mismo, con ambiciones y una moral débil. Salisachs trata con hondura las peripecias de varias familias pudientes y de la sociedad catalana, mostrando sus sombras y algunas luces. Desvela la intimidad de los personajes con profundidad y realismo humano nada complaciente. Hay un fondo de pesimismo en la autora que atempera un poco desde una visión cristiana de la vida, aunque la lectura deja un poso desagradable.

Muestra los cambios en la sociología católica después del Concilio Vaticano II contraponiendo el sacerdote mayor Celestino al más joven Antonio, llevado por los vientos de una equivocada renovación eclesial. Salisachs trata con respeto los temas de fe y de Dios.

            Otro valor de esta novela es la delicadeza para no describir situaciones y encuentros amorosos, a diferencia de otras novelas explícitas y morbosas. Esta novela tiene alto valor literario al describir bien unos personajes reales, así como el ambiente social catalán que tan bien conoce, y la sintonía de los ambientes ciudadanos o naturales con los sentimientos de los personajes, al estilo de las grandes novelas costumbristas del siglo diecinueve. Constituye un panorama histórico de esos importantes años en España.