La gaviota (Sándor Márai)

Alto funcionario ministerial, culto, solitario y seguro de sí mismo, el hombre acaba de dictar una orden de enorme trascendencia, una decisión que en cuestión de horas afectará inexorablemente a millones de personas. Sin embargo, su aparentemente inmutable serenidad se resquebraja con la inesperada aparición de Aino Laine, una hermosa joven finlandesa de nombre poético y que tiene un parecido asombroso con la única mujer que el hombre amó, fallecida años atrás. Entonces, contra lo que aconsejan la prudencia profesional y el decoro, éste invita a la joven desconocida a acompañarlo esa misma noche a la ópera. Da comienzo así entre ambos un diálogo íntimo y profundo, un juego de seducción no exento de riesgos, donde la pasión, la nostalgia y la fuerza destructora del destino obran una perturbadora transformación en el sólido equilibrio burgués de un hombre sensato y honorable.

Publicada por primera vez en 1943 —en un período de la segunda guerra mundial de extraordinaria tensión e incertidumbre en Hungría, cuyo régimen se había alineado con la Alemania nazi—, La gaviota es una muestra más de la incomparable prosa, incisiva y sin concesiones, de Sándor Márai, uno de los grandes escritores del siglo XX.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2011 Salamandra
192
978-84-9838-357-7

Traducción de Mária Szijj y J.M. González Trevejo.

Título original: Sirály

2014 Salamandra
192
978-84-9838-581
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Imagen de Pipa

Bien escrito, con una prosa fluida y sin concesiones, con descripción, pero sobre todo, diálogo…. Unos diálogos, largos, que más parecen autorreflexión en voz alta, sobre la vida y la muerte, el suicidio, el asesinato, el destino, un juego de seducción no exento de riesgos, donde la pasión, la nostalgia y la fuerza destructora del destino obran perturbadora transformación en el sólido equilibrio burgués de un hombre sensato y honorable. “Una especie de circuito eléctrico que vincula a tres personas vivas y a una difunta en una trama conjunta difícil de comprender…” (176)

A pesar de que hay un aire sombrío y oscuro, al final luce un punto de esperanza, cuando dice: “Tal vez un día, fuera, en el mundo ahora oscuro y lleno de peligros, la gente busque no solo la destrucción y la separación, sino también dar y unir…” (185)

Hay que tener en cuenta que este libro fue publicado por primera vez en 1943, en un periodo de la segunda guerra mundial de extraordinaria tensión dado que Hungría se unió al régimen de la Alemania nazi.

Da la impresión que quiere ser como un símbolo de la voluntad de vivir y sobrevivir del ser humano, pese a las experiencias negativas y nihilistas de los años de la guerra en que surgió esta obra.

Su lectura es difícil y a veces resulta tediosa. No obstante, gustará más al lector inquieto y de pensamiento discursivo, pues los razonamientos de los protagonistas son largos, complejos y no fácil de entender.
Nada que ver con “nuestra” La Gaviota, de Fernán Caballero, Cecilia Bohl de Faber, fabulosa obra costumbrista, escrita en 1849, a pesar de la coincidencia en el título.

Imagen de Azafrán

Mencionar a Francisco José I, emperador de Austria y rey de Hungría en virtud de “El compromiso” de 1867, nos trae a la memoria las imágenes de las películas de Sissi Emperatriz. Durante casi medio siglo, bajo este monarca, Hungría conoce un florecimiento económico notable, una estabilidad política y un desarrollo cultural próspero. Pero durante ese periodo renacen las minorías nacionales en un territorio cuya población recibió numerosas migraciones entre ortodoxos, católicos y musulmanes, eslavos, eslovacos, croatas, transilvanos, rumanos…
Hungría quería modernizar sus estructuras en pos de la revolución industrial y el desarrollo de una burguesía independiente. Y el descontento de los grupos minoritarios produjo una agitación a la que tuvo que hacer frente el ejército imperial comprometido en la primera guerra mundial en el bloque alemán-austríaco-húngaro.
Tras la derrota del ejército imperial en 1918, en Hungría se proclama la República comunista de los Consejos de Hungría. Durante su breve mandato se produjeron tantos desmanes que se habla del terror rojo. En 1919, se produce la contrarrevolución propiciada por la invasión checa-rumana. El dominio de los rumanos fue conocido como el terror blanco.
En 1920 se constituye un parlamento con soberanía sobre un tercio del territorio ya que por el tratado Trianon (Versalles) Eslovaquia pasa a Checoslovaquia, Transilvania a Rumanía, Eslovenia y Servia a Yugoslavia. Su población se vio reducida a la mitad.
Entre 1920 y 1930, la consolidación de la política interior permite un crecimiento económico.
Mussolini y Hitler ofrecieron ayuda a Hungría para recuperar los territorios perdidos a cambio de su alianza y participación en la segunda guerra mundial.
Hungría ataca la Unión Soviética en 1941 pero colabora de manera restringida lo que lleva a Alemania a invadirla en 1944. Posteriormente, Hungría vuelve a formar parte de los vencidos con cientos de miles de víctimas de guerra.
Otra de las consecuencias será la autorización de la deportación de judíos y será responsable de la muerte de 400.000 judíos.
Además, al finalizar la contienda, los comunistas se hacen con el poder y comienza un periodo con decenas de miles de personas deportadas, se nacionalizan las propiedades y un cuarto de la población sufre expedientes policiales.
Los húngaros intentan una contrarrevolución el 23 de octubre de 1956 lo que supondrá una nueva intervención del ejército ruso y más de 500 condenas a muerte y otros tantos ametrallamientos a cargo de los militares rusos.
La gaviota de Sándor Márai comienza con la firma de un documento que presumiblemente sumiría a Hungría en una guerra. Quizás se refiera el autor a la invasión de la Unión Soviética en 1941. El ejército húngaro formado por 150.000 hombres fue derrotado y sufrió cuantiosas pérdidas de vidas humanas en la batalla en el Río Don en febrero de 1943.
El responsable político de la invasión a Rusia y por tanto de la alianza con Alemania saborea las horas que van desde la firma del documento hasta su publicación. Él es el único que conoce esta noticia terrible.
Apenas firmado el documento, llega a su despacho una joven finlandesa de extraordinario parecido con otra joven finlandesa también que había sido su novia y que se había suicidado en circunstancias que nunca había logrado entender.
El padre de la novia suicida le quiso entregar unas cartas en las que su hija explicaba su enamoramiento de un profesor de la facultad de Química y que parecía no corresponderla. El protagonista que la novela, responsable del gobierno húngaro, acude a una de las conferencias del profesor químico y descarta que la razón del suicidio tenga nada que ver con el enamoramiento puesto que el aspecto físico y su manera de actuar no pudieron causar ningún sentimiento en la bella joven suicida.
Pero he aquí que se presenta su doble en su despacho pidiendo su ayuda para conseguir documentación y trabajo.
El funcionario del gobierno la invita a la ópera y después a su casa con la intención de conocer un poco más al doble de su amada desaparecida.
El diálogo con ella le permite conocer su infancia en la casa paterna en Finlandia, sus visitas por Europa, más concretamente su viaje a París. Allí acompaña al anciano responsable de la política francesa que casualmente también acababa de tomar la decisión de la implicar a Francia en la segunda guerra mundial tras la invasión de Alemania en los Países Bajos.
Poco a poco el representante del gobierno húngaro se va dando cuenta de que la joven finlandesa en busca de trabajo quizás no sea simplemente un juego del destino sino que responda a otras intenciones. Sobre todo cuando descubre que fue precisamente el profesor de la Facultad de Química el que le envió al despacho del funcionario del gobierno húngaro en busca de ayuda.
Para el responsable del gobierno húngaro, la joven es como una gaviota que supo encontrar el camino hasta él. Durante las horas que pasan juntos, el funcionario la analiza y trata de ver las diferencias entre ambas jóvenes finlandesas, más en la personalidad que en el aspecto físico.
Surca todo el análisis el pensamiento nietzscheano sobre el superhombre que debe prescindir del amor para no verse esclavizado, para ser auténticamente libre.
En un principio sospecha que ésta habría podido ser razón que llevó a su amada al suicidio: el ansia de verse libre. Pero al final del relato se cierne sobre el protagonista otras sospechas más “reales”.

Imagen de Rubito

Obra demasiado lenta y tediosa, con diálogo entre dos personas que son casi dos monólogos de cada una de ellas. Cada reflexión de una de ellas ocupa varias hojas y son de un tan pretendido "alto nivel" que termina aburriendo al lector, al menos al que esto escribe. Poco más puede añadirse desde el punto de vista del lector de a pié; otra cosa sería el análisis psicológico y ensayista que se deje para versados en estos temas. No es una obra que divierta y atraiga. No coge.