Premio Lazarillo de Creación Literaria 2021.
Una afición aparentemente inofensiva que acaba convirtiéndose en un grave peligro.
Últimamente, las cosas entre Nana y Cuervo no van nada bien. Habían conseguido construir un mundo en el que lo compartían todo: películas, música, manga, videojuegos... No querían separarse nunca. Pero eso era antes. Ahora Cuervo desaparece y no cuenta a dónde va. Cuando Nana le pregunta qué le pasa, se enfada. En su pandilla nadie entiende qué le sucede. Desde que empezó a apostar en serio, parece otro. Lo que antes era pura diversión se ha convertido en una pesadilla. Casi sin darse cuenta, Cuervo acaba envuelto en una red de problemas de la que parece imposible salir.
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Novela juvenil realista sobre
Novela juvenil realista sobre la adicción al juego y los graves peligros que conlleva. El relato está narrado a dos voces, en primera persona, por los dos protagonistas que se alternan en el discurso. Cuervo y Nana, de dieciséis años, son compañeros de instituto y algo más que amigos: han creado un universo perfecto en el que comparten películas, música, manga… Pero desde hace unas semanas, Cuervo se está distanciando de Nana, apenas contesta a sus mensajes, no se ven en los recreos y rehúye la presencia de la chica. Cuervo, que ha adoptado este seudónimo en homenaje a un poema de E. A. Poe, comienza a comportarse como este ser oscuro, de plumaje negro y extraña conducta. Y es que, por encima de todo, se está apoderando de él una pasión desmedida por el juego, por las apuestas en fútbol, carreras de galgos, máquinas tragaperras, ruleta, que lo sumergen en un mundo depravado y corrupto: “es estar metido de cabeza en un abismo”.
El relato, narrado en primera persona por los dos protagonistas, permite conocer de forma directa sus sentimientos, pensamientos, reflexiones, deseos, dudas y temores sobre una situación que se les va de las manos. Cuervo, que aparecía como un chico normal, sensible, preocupado por sus amigos y compañero incondicional de Nana, se ve absorbido por una adicción que le ocupa la mente y la vida, y le arrastra a cometer hechos delictivos. Por su parte, Nana también va pasando por diferentes fases de incomprensión, distanciamiento y vergüenza, incapaz de entender y de vislumbrar una salida para su relación con un chico que ha dejado de ser la persona que ella quería. De esta forma, se estructura un relato breve en el que se exploran los peligros y riesgos de la ludopatía, un problema creciente para adultos y jóvenes vulnerables, con casas de apuestas incluso cerca de los institutos.
La autora es Ledicia Costas (Vigo, 1979), escritora gallega y ganadora del Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil en 2015 por su obra Escarlatina, a cociñeira defunta. Con la novela La liebre mecánica ha obtenido el Premio Lazarillo de Creación Literaria 2021, siendo la única persona en la historia de este Premio que lo ha ganado en tres ocasiones: la primera en 2016 con Verne y la vida secreta de las mujeras planta, la segunda en 2018 con La balada de los unicornios y esta tercera en 2021. Con el título La liebre mecánica, la autora hace referencia al señuelo que corre delante de los galgos en las carreras de apuestas, exactamente igual que los ludópatas corren detrás de un señuelo falso, de una falacia.