La muerte lenta de Luciana B.

¿Podría un asesino simular cuidadosamente el azar, concebir una geometría encarnizada de muertes y quedar impune? ¿Cuál es la proporción justa del castigo para el que nos ha despojado de todo y nos ha causado el máximo dolor?

Diez años después, nada queda en Luciana de la muchacha alegre y seductora a la que el famoso escritor Kloster dictaba sus novelas. Tras las trágicas muertes primero de su novio y después, uno a uno, de sus seres más queridos, Luciana vive aterrorizada, vigilando cada sombra, cada persona que se cruza a su lado, con la sospecha de que esas muertes no pueden ser casuales, sino parte de una venganza metódica urdida contra ella, un círculo a su alrededor que sólo se cerrará con el número siete. En la desesperación más absoluta, recurre a la única persona capaz de adentrarse en el siniestro universo de Kloster. Los cuadernos de notas de Henry James y una Biblia de Scofield serán claves ambiguas en un pasaje sin retorno a la región más primitiva del mal. (libros.mysofa.es).

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2007 Destino
232
9788423343164
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2
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Comentarios

Imagen de mgarregui

La novela engancha desde la primera frase con el lector, y no puedes dejar de leer hasta que llegas al final. Es decir, una narrativa de intriga bien hecha. Pero, ¿y el contenido? En el contenido, como en sus otras novelas, se nota que el autor es matemático, y le gustan los acertijos donde la “causalidad-casualidad” se pueden descifrar en una serie de hechos lógicos. Lo que para mi hace que este libro no me haya dejado buen sabor de boca es precisamente eso, para él, lo que podría ser causalidad no es más que una serie de hechos casuales encadenados uno detrás de otro. Pero no es sólo eso, porque, al fin y al cabo, incluso una serie de hechos casuales encadenados puede darnos la sensación de que hay algo detrás que hace que las cosas sean así; lo que más me ha molestado es el final, justo de lo que no puedo hablar, claro, porque destrozaría el libro. A este libro debería seguirle una segunda parte, es todo lo que puedo decir.