La sangre oscura

El autor es prolijo en hondas reflexiones y diálogos sobre la idiosincrasia de la política y la sociedad de estos años cruciales de la historia de España. Tanto en las unas como en los otros, a este lector no le parecen tan "lúcidas" como algún crítico literario ha dicho; más bien le parecen sesgadas y condicionadas por ideas agnósticas y, en algunos casos, anticristianas. Todo está visto desde la perspectiva del protagonista, con angustia vital, tendencias homosexuales, comunista oscilante y poco comunicativo. Es el paradigma de la persona que no tiene donde agarrarse ni base sólida donde sustentarse, ni siquiera su entorno, sus " amigos ", los que más le hacen sufrir. En una situación como esa la idea del suicidio hace presa en el joven; pero de eso a que el autor asegure que " la máxima expresión de la libertad y del dominio de si mismo es el suicidio" me parece un despropósito.