La verdad sobre el caso Harry Quebert

Marcus Goldman acaba de tener un éxito sin precedentes con su primera novela y se enfrenta a un contrato de cinco libros más con plazo de entrega de cada uno de los manuscritos; el único problema es que, desde su piso de Nueva York, es incapaz de escribir nada más. Como quien se agarra a un salvavidas, llama a su mejor amigo y mentor en el mundo literario, Harry Quebert, quien le acoge en su casa de Aurora, New Hampshire, un pequeño pueblo de Nueva Inglaterra, donde todos se conocen, pero donde todos guardan secretos inconfesables. El primero, Harry, del que Marcus se entera que cuando su mentor tenía treinta y cuatro años, se enamoró de una niña de quince que desapareció misteriosamente. De repente, su cadáver aparece enterrado en el jardín de Harry, que es acusado de secuestro y asesinato. Pero Marcus cree en la inocencia de Harry.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2013 Alfaguara
666
978-84-204-1406-5
Valoración CDL
3
Valoración Socios
2.714284
Average: 2.7 (7 votes)
Interpretación
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7 valoraciones

Comentarios

Imagen de Juan I. Yusta

Pretendo hacer un breve apunte como lanza rota en favor de este libro, a la vista de los tres comentarios que se han publicado en El Club del Lector.

La novela es complicada, en el sentido de que se van presentando sucesivos sospechosos del crimen que aparecen con pruebas contundentes y desaparecen también de forma categórica, y ese proceso –frecuente por lo demás en las novelas del género– se va dilatando en un más  difícil todavía. Esto puede hacerla inverosímil, exagerada. Pero pienso que esas continuas evoluciones hasta que el caso se resuelve están hechas con gran habilidad, con maestría. Difícilmente hay planteamientos inverosímiles, de excesivas casualidades que suenan a recurso fácil (alguno puede haber…).

Y pienso que también tiene su mérito el que, a pesar de haber elegido un tema cuyo solo enunciado resulta sórdido, se mantiene a flote en el relato –contra el viento del sentido común y marea de la sospecha maliciosa– la poesía de un amor limpio y dispuesto al sacrificio con tal de no hacer daño.

Dicho lo cual, añado que la novela, por su trabazón tan apretada y bien sujeta, resulta un tanto difícil.

 

Imagen de enc

El título de esta novela constituye una paráfrasis, es de suponer que involuntaria, de otra de Eduardo Mendoza, "La verdad sobre el caso Savolta". Leí a Harry Quebert hace un par de años y recuerdo que a) No me gustó. b) Trata sobre un escritor "bloqueado", es decir incapaz de escribir, que se traslada a la playa, a casa de su mentor, para ver si es capaz de superar el bloqueo, y c) Que el número de personajes va creciendo paulatinamente. Supongo que todas las novelas tienen una edad, y que con el paso del tiempo y las lecturas nos hacemos más críticos; en este caso habría que calificar a Harry Quebert como una novela juvenil.

Imagen de toñi hueso

No estoy de acuerdo en absoluto con el comentario anterior. En primer lugar me ha parecido un libro escrito en un lenguaje usual y nada literario. La primera parte del libro llega a enganchar al lector porque le va llevando hacia una trama de suspense y donde se resaltan los valores de la amistad y el amor. En estos inicios hay pocos personajes que están bien definidos y sean perfectamente creíbles que conduzcan a la trama de la que parte el libro: la relación de una menor con un adulto.

Es en la trama donde no comparto las ideas con el comentarista anterior. El autor va aglutinando una serie de personajes, excesivos a mi entender y poco dibujados, cuyas acciones se mezclan con acciones repentinas, esto unido a que la novela no es lineal y retrocede continuamente en diversos periodos de tiempo, hace que el lector pierda el hilo de los acontecimientos, las acciones  se suceden como si de un torbellino de ideas se tratara.

El lector se ve inmerso en acciones de los personajes sorprendentes y sin sentido que van sucediéndose vertiginosamente y que sobran porque son innecesarias y escabrosas. Da la impresión, como el propio autor reconoce al final de la novela,que hay que sorprender al lector, premisa con la que estoy de acuerdo pero no mezclando secuencias y personajes de una forma deslabazada.

Hay muchas lagunas en situaciones que surgen y que quedan sin respuesta  incluso al final de la novela. Varias de ellas son incoherentes si leemos con detenimiento los párrafos y vamos haciendo memoria de lo leído. La mezcla de acontecimientos es excesivamente larga y muy variada a base de giros de los personajes que no son producto del suspense que el autor quiere conseguir.

El desenlace es rápido y asombroso por lo inverosímil. El autor recurre hasta al exorcismo mal ejecutado  por un teórico exorcista para explicar una enfermedad de la protagonista desde su infancia. En el desenlace el autor pretende que el lector tenga su moraleja; pone ante su vista la realidad de parte de las editoriales de libros actualmente, lo que hace de la obra casi una novela por encargo y con un guión preestablecido, cosa que es verdad. En esta última parte es donde el autor parece escribir la novela que tan farragosamente ha desarrollado a lo largo de la trama.

A título personal puedo decir que me he sorprendido en muchas situaciones (como el  autor pretendía)  por lo absurdo, disparatado e imprevisibles de las situaciones y no por el suspense suscitado en ellas. Habla muy acertadamente de los escritores "fantasmas" que en muchas ocasiones son los que hacen posible, por desgracia, la publicación de una novela.

En resumen creo que el autor ha querido abarcar una situación, el amor entre la chica de quince años y un novelista de treinta y cuatro, empleando gran cantidad de "trucos" que no descubre el lector por su cuenta, como debería ser, sino que es él el que debe narrarlos para su comprensión. La forma de narrar de esta última parte es totalmente diferente al resto; lo hace de una forma convencional.

Una novela perfectamente prescindible y que se ciñe a los cánones que desgraciadamente exige el público

 

Imagen de mgarregui

Un libro que me ha tenido pegada a la pantalla de mi ebook hasta que lo he terminado. Una complicada trama muy bien construida, unas ideas de fondo sobre el amor y la amistad que dan para una buena conversación… la verdad es que es un libro de los que darían mucho juego en un club de lectura, porque abre interrogantes que no son fáciles de despejar; ¿el amor sincero y verdadero entre un adulto y una quinceañera es algo reprobable siempre y sin condiciones? En la novela se nos muestra un abanico de personajes ricamente construidos, con sus anhelos, sus aspiraciones, sus logros y sus desencantos, que dan que pensar sobre si para vivir lo socialmente aprobado hay que mentir y vivir de apariencias, ¿esa vida es real, es verdadera, merece la pena ser vivida? Un libro que habla sobre lo que queremos ser y lo que conseguimos ser, sobre la “importancia de saber caer”, en palabras de Harry Quebert.