Las gallinas del Licenciado

Unas gallinas turcas son el regalo que el Licenciado don Juan de Palacios quiere hacer a su protegida doña Catalina con motivo de su futura boda. El novio no es otro que un soldado del que poco sabe el Licenciado, salvo que participó en la batalla de Lepanto y que se entretiene escribiendo versos y prosas; se llama, al parecer, don Miguel de Cervantes.

Entre la novela de aventuras y el relato de lo cotidiano, Las gallinas del Licenciado es una novela del todo singular; una irónica y soterrada revisión de la tradición novelesca de los siglos XVI y XVII, y el regreso a un momento histórico y literario que marcó para siempre la modernidad española.

José Jiménez Lozano desarrolla en esta novela una fluida mezcla de diferentes registros narrativos, una pintura exacta y sentimental de personajes cervantinos, un divertimento lingüístico y fantasioso que implica al lector en la historia, y al mismo tiempo, en el juego narrativo.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2005 Seix Barral
187
84-322-1212-3
Valoración CDL
3
Valoración Socios
3.428572
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Género: 

Comentarios

Imagen de Rubito

( de Ángel García Prieto ) El autor castellano, además de “pasarlo bien” al escribir esta obra, ha intentado pagar una “deuda” con el escritor de El Quijote, pues como manifestaba en una entrevista “la figura de Cervantes siempre me ha rondado; primero leyendo, desde muy joven, cosas de su entorno y luego empezando por las Novelas Ejemplares y toda su obra (...). Es como una persona con la que he convivido y por eso puedo escribir esto, porque lo he hecho todo muy mío”. Y lo consigue con Las gallinas del licenciado, narración que tiene mucho de novela cervantina, picaresca, histórica, costumbrista, de aventuras y de concatenación de relatos de la vida cotidiana en la España de los siglos XVI-XVII. José Jiménez Lozano, después de usar estilos novelísticos distintos con indudable calidad y eficacia narrativa, ahora deja constancia de su magnífico uso del castellano clásico en una narración divertida, entrañable y significativa.

Imagen de mgarregui

Lei este libro aconsejada por una amiga que conocía mis gustos literarios, y porque no había leido nada de este autor. Reconozco que la imaginación es desbordante, y que el dominio de la lengua castellana es impresionante; pero, la verdad, me ha parecido bastante aburrido, aparte de ilógico y absurdo. Creo que no le he debido leer en un buen momento, porque no he entendido nada de lo que ha querido decir el autor (porque me imagino que algo querrá decir). En fin, para una aproximación a la literatura clásica española, prefiero el mismo Quijote.

Imagen de Azafrán

Doña Catalina de Salazar y Palacios, hija del finado don Hernando de Salazar, sobrina del Licenciado Juan de Palacios, contrae nupcias con Miguel de Cervantes.
Don Diego de Ávalos, del Consejo Real, visita al Sultán de Turquía y lleva el encargo de su amigo, el Licenciado Palacios, de traer una docena de gallinas constantinopolitanas, afamadas por su rara habilidad de carcaponer en griego y latín. Durante la visita de Don Diego se produjo un contratiempo: la gallina favorita de la hija del Sultán, la gallina Basilisa, desapareció. Incidente desagradable que retrasó el regreso de Don Diego y cuya explicación implicó la aparición en Constantinopla de Gonzalo Lope de Torrijo, vecino también de Esquivias, quien disfrazado de soldado italiano tropezó con la gallina y la secuestró. Así fue como viajó la gallina Basilia hasta Esquivias, no sin dejar de pasar por Lepanto, donde cantó la victoria contra los turcos y asistió al comportamiento heroico de un soldado que perdió en ella su mano derecha. Quijada de la Torre, también vecino de Esquivias fue quien puso en antecedentes al Licenciado Palacios de la existencia de las gallinas bizantinas y de sus raras habilidades "que cacarearían en la lengua de su propia naturaleza de gallinas, pero tan excelentemente como si hablaran griego" (pág. 50). El propio Quijada se había ofrecido a ir hasta Constantinopla a pedir cuentas al turco de su alevosía y sus maldades, y "especialmente de que hubieran ocupado la santa iglesia de Santa Sofía o de la Sabiduría Divina, levantada por el emperador Justiniano, y también, de que hicieran eunucos de los cristianos para criados de sus mujeres"(pág. 51). Este Alonso Quijada o Quijano era aquel que vivía enamorado de una dueña, Laura, a quien había conocido gracias a Petrarca.
Lope de Torre y el doctor Ávalo llevaron la gallina Basilisa a Esquivias y con ella la felicidad al Licenciado Palacios quien la regaló a su sobrina Catalina el día de su boda con el soldado Miguel de Cervantes, aquel de comportamiento heroico en Lepanto y que era dado a leer libros y a escribir espartillos, como aquel diálogo entre la gallina Basilisa y la dueña dona Laura. El marido de Catalina buscó fortuna y halló el ministerio de recaudador de impuestos en Sevilla de cuya gestión vino a dar en prisión donde aún escribía sus espartillos. Resuelto el problema de los dineros trasladó su domicilio a Valladolid, siguiendo el camino de la corte y también aquí encontró dificultades y enredos.
Se trata de la novela que José Jiménez Lozano publica el año 2005, cuarto centenario de la publicación de la primera parte del Quijote. Nada pues nos debiera extrañar: ni el tema, ni el lenguaje utilizado por el autor.
El trabajo y arte literario es tal que produce en el entendimiento una traslación de la esencia del propio ser de la escritura y así mismo una juntura tal que se es incapaz de discernir qué pluma es la causa y cuál, la consecuencia; de suerte tal que el ritmo de la propia historia queda alterado y confundido y un profano pudiera muy bien creer que fue Jiménez Lozano anterior a Miguel Cervantes, o viceversa.
Y con este sortilegio el autor se libra del maleficio que sobre él ejercía su empeño por zafarse del agonizante existencialismo y cobra fuerza y brío propio de infante nuevo llegado a este mundo para inaugurar una nueva corriente de vida literaria: nueva y a la par acorde con las anteriores grandezas de la cultura literaria mediterránea.
El sobrino de Atilano Nicolás

Imagen de Rubito

Magnífico ejercicio de ingenio, imaginación y humor para hacer una estupenda obra con estos mimbres de la trama. A la vez de la rocambolesca sustracción y viaje de la gallina bizantina costantinopolitana , que además habla griego, nos deleita con una trama que discurre entre la aventura y lo cotidiano.
Irónica y soterrada revisión de la novelesca de los siglos XVI y XVII, con una gran fluidez narrativa y reflejo exacto de los personajes cervantinos. En suma, un divertimento lingüistico y fantasioso que entrelaza la historia y el juego narrativo.

Imagen de fcrosas

Como siempre, el autor demuestra un dominio envidiable del español más clásico. También es meritoria la caracterización de los personajes. Desde el punto de vista estructural, sin embargo, la novela no alcanza las cimas de escritos como Las señoras o El viaje de Jonás.

Imagen de acabrero

De nuevo un ejercicio de preciosismo literario por parte de Jiménez Lozano, esta vez en castellano antiguo, de la época de Cervantes. A través de una historia disparatada de una gallina que habla griego, el autor nos introduce en la vida de Esquivias y del Licenciado Palacios, cura del pueblo y tío de Catalina, futura esposa de Miguel de Cervantes. El autor ha querido homenajear al famoso escritor español en el Centenario de "El Quijote", y ha escrito una historia muy resumida, teniendo en cuenta los datos más importantes que se conocen. La brevedad de la novela impone unos saltos en el tiempo que no favorecen demasiado la lectura, teniendo en cuenta que el estilo, en castellano antiguo, en algunos momentos puede despistar al lector. Por lo demás, para el conocedor de Jiménez Lozano, es un nuevo derroche de saber hacer, con la ironía de la que hace gala en otras de sus obras y con las exageraciones motivadas en este caso por el motivo principal de la novela: las gallinas constantinopolitanas.