Las dos hermanas es una fábula moralizante, una historia que se desarrolla hace siglos en una ciudad de Aquitania, a la que llega el narrador, que se siente impresionado por un antiguo edificio coronado por dos torres gemelas. Al preguntar a un vecino de la localidad, éste le refiere la leyenda que existe en torno a aquel noble palacio. En este conte drolatique (cuento chistoso), Zweig parece hacer un guiño a los Contes drolatiques de Balzac. En él contrapone el pecado y la pasión, con la virtud y la piedad, a través de la vida de dos hermanas gemelas – Helena y Sophia – que llegan a ser la quintaesencia de la lujuria ambiciosa y de la piedad caritativa, hasta que el juego de la competitividad entre las hermanas y las comparaciones físicas y antagonismos morales acaba por redondear una historia que universaliza algunos aspectos de la naturaleza humana.
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
---|---|---|---|---|
2011 | Acantilado |
63 |
978-84-15277-34-7 |
Título original: Die gleich-ungleichen Schwestern Traducción del alemán de Berta Vias Mahou |
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Helena y Sophia son dos hermanas gemelas, idénticas, guapas, "inteligentes" y atractivas, nacidas en un contexto de extrema pobreza a pesar de ser su padre un militar de alta graduación. Entre ellas existe una rivalidad constante, fruto de la envidia. Ninguna puede soportar ver que la otra hace algo que ella no ha hecho... En realidad, es una especie de fábula, a modo de cuento, para reflejar el profundo daño que hace vivir en el vicio: la ambición, lujuria, envidia y celos, orgullo... en un fondo poco o nada trascendente, a pesar de que, por contraste, Sophia trata de superar a su hermana, por medio de la aparente virtud y entrega en una orden religiosa dedicada al cuidado de los más pobres y enfermos. Pero toda la "virtud" en ella es fruto de un voluntarismo, no de una profunda vida interior. Lo cual le lleva a hundirse hasta el fondo en el fango. Aunque por encima de las mezquindades humanas está la Misericordia de Dios, que al final de sus vidas les abre un panorama positivo para enmendar sus caminos. Da que pensar.
Subtitulado “Conte drolatique”, cuento picaresco o licencioso, es un relato breve, de 61 páginas, que se desarrolla en Aquitania, Francia.
Para saltar del momento presente al pasado en el que tiene lugar la acción, el autor utiliza la imagen de dos torres semejantes que pueden ser contempladas por el lector, situadas “en una ciudad meridional cuyo nombre preferiría no mencionar”, pero que luego menciona y sitúa en la Aquitania francesa.
La maestría de Zweig, quien narra bien cualquier cosa, permite que este relato sea una pequeña obra maestra aún recurriendo al tópico de la lucha de los pobres por alcanzar la riqueza y el camino más rápido, que no el más honroso por alcanzarla.
Y como siempre, al final el mal triunfa sobre el bien o la inocencia, sobre todo si esa inocencia no hunde su raíz en la humildad. Es pues una nueva versión del mal contra el bien, o del aparente bien contra el mal y el triunfo de este último. Aunque al final siempre el mal reciba su castigo en el olvido y el abandono.
No es propiamente un cuento humorístico, pues no tiene nada de chistoso, aunque desde luego no deja de ser un cuento-fábula, elemental, leve, analógico y ejemplarizante sobre los excesos, entre el pecado y la virtud con un final a la vez sorprendente y natural.