Nassima es una niña de diez años, vive con su familia en su ciudad natal, Kabul la capital de Afganistán. Recuerda cuando iba al colegio, salía a jugar a la calle, iba con su amigo Mohamed a coger higos, al río... Pero desde que los talibán están en el poder, la ciudad está triste, solitaria y todo son prohibiciones. No puede salir sola de casa, no puede ir al colegio... Sus padres deciden que su madre, Nadia, y ella se vayan a Roma. El día que van a partir hacía Roma, Nassima y su gran amigo Mohamed deciden hacer realidad uno de sus sueños, ir a visitar las ruinas de Pangiashah. Ese día y esa aventura cambiará sus vidas.
Comentarios
Hablar de la cultura talibán puede provocar sentimientos muy diversos, pero el dolor y la rabia aparecen por encima de todos al verla ejemplificada en este relato que nos despierta una inmensa pena por las mujeres que viven en Afganistán y un deseo de justicia para remediar esta situación. Si cultura es una forma la forma de vida y las expresiones de una sociedad determinada, solo podemos decir que la cultura talibán es masculina, pues las mujeres ni viven ni se expresan más allá del burka que limita su participación en la sociedad e incluso el derecho a la salud. Con todo, hay en este relato un desenlace final que parece abrir paso a la esperanza, que viene de las propias mujeres, de las más jóvenes, de las que necesitan que todo cambie para seguir siendo mujeres con derecho a vivir.