Mala hierba

Continuación de la novela La busca del mismo autor. Se trata del segundo volumen de la trilogía La lucha por la vida (1904) cuyo protagonista es Manuel Alcazar.

Si en La busca Manuel apenas sale de la infancia, Mala hierba comienza cuando el joven cuenta con diez y ocho años y ya puede desempeñar un trabajo. En ocasiones se trata de un trabajo honrado, mientras que en otros momentos se sumerge en la vida picaresca.

Tanto los compañeros como las amistades femeninas de Manuel están entre lo más granado de la mala vida madrileña.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2001 Bibliotex. S.L.
192
978-84-8130-313-5

La lucha por la vida II. Original de 1904.

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Mala hierba se publicó inicialmente por entregas, ello hace que la novela más que un argumento tenga un telón de fondo, que son los ambientes marginales de Madrid a comienzos del siglo XX. Parece como si el autor se complaciera en descubrir a sus conciudadanos la miseria que les rodeaba, por si quizás la desconocían. Baroja tampoco oculta las actividades inmorales de la llamada alta sociedad.

En el texto abundan calificativos tales como sucio, nauseabundo, horrible, escrufuloso, estrecho, oscuro, ordinario, inmoral, degenerado o brutal, por no hacer una relación exhaustiva. La novela se publicó en 1903 y 1904; por lo tanto se encontraba muy reciente la guerra contra los Estados Unidos y la pérdida de las últimas colonias. Baroja recuerda la guerra de Cuba y los soldados que habían luchado alli. Pone a uno de esos retornados como mendigo y compañero de Manuel durante una época.

El pesimismo de Baroja se muestra también con motivo de los adelantos técnicos de los que ya disfruta parte de la sociedad madrileña. El anarquista y tipógrafo Jesús denuncia: "La civilización está hecha para el que tiene dinero y el que no lo tiene que se muera. Antes el rico y el pobre se alumbraban con un candil. Ahora el pobre sigue con el candil pero el rico alumbra su casa con luz eléctrica" (pág.138). Jesús afirma que es anarquista "desde que he visto las infamias que se cometen en este mundo, desde que he visto cómo mueren desamparados los hombres en la calles y en los hospitales" (pág.220). "Habría que destruir esta cochina humanidad" -apunta otro.

El joven Roberto Hastings es idealista pero liberal, y recomienda a Manuel que desarrolle su voluntad: "Siempre hay donde trabajar si se quiere. Pero hay que querer..." (pág.15). Cuando Manuel aventura torpemente "Creo que algo saldrá", Roberto le interrumpe: ¡Qué español es eso! Estar a lo que salga" (pág.11).

Escribe Ricardo Senabre en el Prólogo a La busca -edición de Las mejores novelas en castellano del siglo XX, año 2001- que "una de las innovaciones en la novelística barojiana es la asimilación de los rasgos del paisaje al estado de ánimo del personaje". Efectivamente, la mayor parte de la novela transcurre en escenarios oscuros y nocturnos, como los mismos personajes que se mueven por ellos.

Después de haber leído La busca, Mala hierba resulta menos poética, negativa y repetitiva. Algunos episodios están emparentados con la novela picaresca, en tanto que otros son rabiosamente naturalistas, como lo es, por ejemplo, la descripción de la vida en la corrala de Santa Casilda (págs.95 y ss). Si en La busca Manuel es víctima de las circunstancias, en Mala hierba es responsable de sus actos y tiene que decidirse entre trabajar honradamente o dejarse llevar por la facilidad de una vida tramposa y mendicante.