Marco Polo no fue solo

Entretenido relato sobre los viajes de Marco Polo (1254-1324) al Asia Oriental. Hijo de un célebre mercader veneciano, se embarcó con su padre Niccolo y con su tío Maffeo cuando solo contaba 17 años (en torno a 1270), en un larguísimo viaje de varios años por diversos países: así, visitaron Armenia, Persia, Afganistán, hasta llegar a Mongolia y China donde mostraron sus respetos al emperador Kublai Kan. Se dice que allí Marco Polo permaneció durante veinte años al servicio del emperador, y fruto de estos viajes fue su conocido “Libro de las maravillas”.
Pero en esta obra que nos ocupa, Marco Polo no fue solo, los protagonistas junto a él son dos niños, Mateo y Patrizia, que de manera fortuita terminan embarcados como polizones en el navío de los Polo.  Las aventuras son muchas y variadas, pero quizá uno de los pasajes más atractivos del libro es la visita a Jerusalén, en la que los niños tendrán que superar varias pruebas para conseguir aceite de la lámpara del Santo Sepulcro. En estas pruebas, tendrán que demostrar su inteligencia, su valentía y especialmente su bondad. Los lazos de amistad se van fortaleciendo a lo largo del viaje y los protagonistas son capaces de arriesgar su vida por salvar a sus compañeros.
La obra se completa con un glosario final de términos y, además, en 2012 se publicó un Juego de lectura eficaz (con el mismo título), realizado por Carlos Álvarez. Así pues, la novela fue Premio Lazarillo 2010 con todo merecimiento: tanto por el contenido como por la técnica narrativa, ágil y variada, en la que abundan los diálogos que dan rapidez a la trama. La narración se completa con las ilustraciones realistas de  Jordi Vila  que facilitan la lectura.