Mi vecino Cervantes

Lucas vive en un edificio en el centro de la ciudad. Un día en clase, ve un retrato de Miguel de Cervantes en el libro de Lengua, y se da cuenta de que su vecino del segundo se parece mucho a él. En realidad son iguales: la misma frente despejada, las mismas orejas grandes, la barba blanca, la cara alargada... Además también se llama Miguel. A medida que Lucas va conociendo a su vecino y a la vez investigando sobre la vida de Cervantes, todo parece coincidir. ¿Pero cómo es posible, si estamos en el siglo XXI y él murió hace cuatrocientos años? ¿Habrá atravesado el túnel del tiempo?

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2016 Anaya
64
978846980890

Ilustraciones de Beatriz Castro

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Imagen de amd

Relato infantil, en el que se mezclan realidad y ficción en torno a la figura de Cervantes. Lucas, un niño de unos diez años, es el protagonista de esta historia junto con su vecino Miguel, un anciano que se parece mucho al autor del Quijote. Curiosamente, viven en el centro de Madrid y su bloque de pisos está construido sobre el solar de la casa en que habitó el célebre escritor.

Un día en clase de Lengua, al ver un retrato de Cervantes en el libro de texto, Lucas descubre que su vecino es físicamente igual que el famoso novelista. A partir de aquí, cada vez que se encuentran, el vecino le da detalles de su vida que coinciden con la biografía del escritor: un argumento muy bien trabado, con un fondo de fantasía  y misterio, que dará a conocer de forma amena datos esenciales de la vida y la obra de Cervantes a los jóvenes lectores.

Además de los conocimientos literarios y de las ideas sobre el proceso de creación artística (muy adecuadas para el nivel de los lectores), la obra resulta muy interesante por la entrañable relación de amistad entre el niño y el anciano, llena de cariño y de transmisión de todo tipo de valores como afecto, generosidad, perdón, sabiduría, consejos, etc.

Por último, hay que destacar las preciosas imágenes de Beatriz Castro que ilustran toda la narración y que completan perfectamente los textos. Las ilustraciones, de gran tamaño y de colores vivos, muy realistas, además de facilitar la comprensión del relato, representan con precisión la fisonomía de los diferentes personajes, y especialmente la de Cervantes.  Por todo ello, la lectura de la obra es recomendable.