Misión cumplida. Mons. Álvaro del Portillo

¿Cómo se ha forjado este carácter tan sencillo, amable y, al mismo tiempo, tan fuerte y decidido, que le capacitó para cumplir la difícil misión que le tocó desarrollar? En estas páginas, llenas de vida y amenidad, el lector encontrará la explicación.

Don Álvaro del Portillo (1914-1994) es una personalidad notable en la vida de la Iglesia por dos motivos principales: por haber sido el primer sucesor del Fundador del Opus Dei, san Josemaría Escrivá de Balaguer, y por su larga y prestigiosa labor jurídica y teológica en varios e importantes dominios: en el Concilio Vaticano II, como Secretario de la Comisión que llevó a cabo el Decreto sobre el ministerio y la vida de los presbíteros; y en la Santa Sede, como Consultor de diversas Congregaciones y particularmente como miembro de la Comisión para la reforma del Código de Derecho Canónico. Presidente General del Opus Dei y Prelado (desde 1983) durante más de 18 años y Obispo ordenado por Juan Pablo II, recorrió el mundo llevando a cabo una intensa labor pastoral.

Lo que llama particularmente la atención del autor respecto de don Álvaro es la armonía de dos facetas supuestamente antagónicas; una inmensa y afabilísima bondad y una indómita energía. Quien trató alguna vez con don Álvaro recordará siempre su semblante sonriente y bondadoso, la serenidad y la amabilidad en persona. Su mirada límpida, azul transparente, profunda, inteligente, atenta... Una mirada que nos hacía sentir muy cerca de Dios pero, al mismo tiempo, una mirada firme, de caminante seguro de sus pasos, junto al cual hemos de aprestar los nuestros para poder acompañarle.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2012 Palabra
301
978-84-9840-723-5
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3
Valoración Socios
4
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Comentarios

Imagen de Rubito

Este lector tiene sensaciones diferentes a la hora de escribir la reseña. Por un lado me resulta muy dificil y por otro muy facil. Vamos alo facil, que además es lo que más directamente siento. Decir solamente que es un libro estupendo y que lo recomiendo vivamente me resulta algo pobre y diré porqué para justificarlo y así resultará de más utilidad a siguientes lectores. Hablar de D. Álvaro es como hacer esta reseña: muy facil y muy dificil: Muy dificil porque su vida, su trabajo, su estar permanentemente junto a san Josemaría durante tantos años atesora tal cantidad de vivencias, de trabajos de gran relevancia y luego, como sucesor y primer prelado del Opus Dei, tal cantidad de sucesos de gran importancia para el Opus Dei y para la Iglesia, que solamente pensar en ponerlos por escrito parece una empresa sobrehumana. Sin embargo el autor ha tenido la habilidad de no sumergirse en ese descomunal trabajo y se ha dedicado, bajo mi modesta opinión, en resaltar lo que ha sido patente a lo argo de la vida de D. Álvaro: su fidelidad y su bondad. Escritos con un tono sencillo y cercano, ha conseguido una obra directa, agradable, sencilla de leer y en la que, sin caer en la reiteración de la exaltación del protagonista - que por otro lado no era necesario pues su vida lo exaltaba - consigue mostrar a D. Álvaro tal y como era: amable, pacífico como su mirada, trabajador infatigable y tastigo directísimo de la vida de un santo. Como el traductor es amigo personal de este lector, me atrevo a sugerirle que en futuras ediciones haga una labor de pulido de ella.