Nuestras calles

Cercana a los mundos de Natalia Ginzburg o Cesare Pavese, esta novela, que cuenta la historia de una singular joven romana, fue recibida en su momento como todo un acontecimiento literario. Hoy sigue más viva que nunca y su encanto ha crecido.
Esta no es solo la historia de la niña, y luego joven, Marzia en la Roma de los años treinta y cuarenta; no es solo la historia de su madre, una abogada viuda que dedica su vida a luchar contra el fascismo o a pleitear con energía cada juicio: es la historia (que nos hace recordar aquellas maravillosas páginas de Natalia Ginzburg sobre la familia) de todas las madres e hijas que, a lo largo de los siglos y durante una parte de su existencia al menos, no han logrado comprenderse del todo y han vivido, de algún modo, enfrentadas, siempre de espaldas a los sinsabores y propósitos ajenos (aunque cercanos en realidad). Hay en estas páginas emociones y certezas, amor y miedo. La culpa, la orfandad, la madurez, la esperanza resuenan también aquí.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2015 Errata naturae
168
978-84-15217-95

Traducción de Martín López-Vega

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Novela psicológica y evocadora, ambientada en Roma en los años 40 y 50, con el trasfondo de la Segunda Guerra Mundial. Escrita en primera persona central por la protagonista Marzia, la joven rememora fragmentos de su infancia, la muerte temprana de su padre, el cariño de su abuela, la protección incondicional de su niñera, y especialmente la tensa y conflictiva relación que mantiene con su madre a lo largo de toda su vida: el enfrentamiento, la incomprensión y la falta de comunicación entre ambas agravada por el problema de tartamudez de la protagonista.
La novela, escrita con una gran maestría y una excelente calidad literaria, se centra en el problema de lenguaje de la protagonista y todos los efectos psicológicos que la tartamudez provoca en ella, afectando su estado de ánimo de forma continua. A través de la narración en primera persona, de forma cáustica y ácida en muchas ocasiones, se ponen de manifiesto sus sentimientos contradictorios de vergüenza, ansiedad, miedo, enojo y frustración. Las relaciones familiares, su presencia en el colegio, el desarrollo de sus estudios, incluso su primer amor, se ven condicionados por la tartamudez, una discapacidad muy estigmatizada, por la que se llega a cuestionar la inteligencia y la habilidad emocional de la persona afectada, que se ve obligada a utilizar palabras básicas y enunciados fáciles. Así, la protagonista desarrolla una auténtica fobia social que solamente encuentra consuelo en sus largos paseos por las calles de Roma y, posteriormente, en la escritura, única forma de comunicación en la que su lenguaje es fluido, sin obstáculos, donde por fin puede utilizar palabras difíciles y estructuras complejas.
La autora Alessandra Lavagnino, parasitóloga en la Universidad de Palermo y especialista en publicaciones científicas, se ha adentrado en el mundo de la literatura en un ámbito que domina muy bien: el estudio psicológico de los personajes. En su anterior novela traducida al español, “Un granizado de café con nata” (2011), narrada en primera persona en forma de monólogo interior, consigue una gran profundidad al describir los complejos problemas de personalidad y de relación de la protagonista tras sufrir un accidente.
Igualmente, cabe destacar la gran labor de los traductores que consiguen trasladar a nuestro idioma la intensidad y la calidad literaria de las obras originales. En esta ocasión, la traducción es de Martín López-Vega, poeta, traductor y crítico literario, que ha sabido plasmar la belleza de las palabras, de las descripciones de personajes, sentimientos, espacios y momentos de forma magistral.