Pedro J. Tinta en las venas

El pensamiento desordenado frecuentemente ni siquiera es pensamiento. Un ejemplo lo constituye el presente libro sobre Pedro J. Ramírez, que comienza contando el entierro de Paco Umbral. Carece de una Presentación del autor en la que nos explique qué lazos le unen al periodista, cómo se gestó la idea de escribir una biografía autorizada existiendo una autobiografía y cuáles son sus objetivos. Nos tememos lo peor: que se trate de una obra laudatoria. Cuando el lector ya ha olvidado estos interrogantes y llega ¡por fin! al último capítulo, se encuentra con las respuestas que había buscado antes infructuosamente: No, no se trata de un libro hagiográfico; se trata de que los lectores conozcan el aspecto humano del personaje. Para ello el autor ha entrevistado al periodista, le ha visto trabajar y jugar al pádel, le ha acompañado al Teatro Real y en sus vacaciones mallorquinas y ha entrevistado a sus colaboradores y familiares. Como las conversaciones con Pedro J. han seguido un orden cronológico Martínez Rico considera el resultado como una biografía. No lo es: falta un contexto histórico; por la propia naturaleza del libro –acercar el personaje al lector- se ha omitido la participación de aquellos que no ven a P.J. con buenos ojos y, sobre todo, falta un esquema biográfico. Considero que nos encontramos más bien ante un dietario en el que el autor ha ido recogiendo sus entrevistas con Pedro J.; algo así como unas "Conversaciones con Pedro J. Ramírez"; sólo así se explican las innumerables repeticiones y la exagerada extensión del texto para contar cosas ya conocidas. Martínez Rico se aproxima al personaje con ciertos datos de hecho y algunas ideas preconcebidas. Los datos pronto los ve confirmados: que Ramírez es un periodista de éxito por méritos propios, muy trabajador; que su modelo es la prensa norteamericana y ha favorecido el periodismo de investigación; a lo largo de las conversaciones esas ideas se irán matizando. Las ideas preconcebidas son que se trata de un "Ciudadano Kane" español, que quiere crear un imperio mediático y además busca el poder político. Al autor le preocupa si Ramírez es duro, implacable, casi de hielo con sus colaboradores y obtiene respuestas para todos los gustos: hay quien ha visto llorar a Pedro J. y otros lloran cuando le ven aparecer. A mi parecer lo más interesante del libro son las ideas del personaje sobre la formación universitaria, el periodismo como servicio público o el uso de las nuevas tecnologías; ver como vincula el periodismo con la historia o la literatura y conocer sus opiniones sobre episodios de la historia reciente de España: sobre el Rey o los Presidentes de Gobierno que ha habido hasta el presente.