Tierras de poniente

Se trata de la primera obra que publicó Coetzee e incluye dos relatos: “El proyecto Vietnam” y “La narración de Jacobus Coetzee”. El primero trata de la locura que le sobreviene a un experto estadounidense en tácticas de guerra psicológica mientras estudia la guerra de Vietnam. El segundo se refiere a la expedición que realizó Jacobus Coetzee, a fines del siglo XVIII, fuera de las fronteras de la colonia holandesa del Cabo de Buena Esperanza hacia el interior del continente africano.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2009 Random House Mondadori
174
978-84-9908-250-9
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El primer relato es prácticamente vomitivo, aunque es posible que sea eso lo que haya pretendido su autor. Habitualmente se intentan justificar las guerras elaborando una imagen épica de las mismas. Coetzee busca destruir y caricaturizar esa épica mostrando la crueldad e irracionalidad de la guerra, que, en ocasiones, degenera en locura. La frustración y consiguiente crueldad que ponen de manifiesto determinados conflictos, obedece al desprecio que sienten unas razas y grupos humanos hacia otros. Durante la guerra del Vietnam los norteamericanos minusvaloraban la capacidad bélica de los vietnamitas y sin embargo fueron derrotados por ellos. De la misma manera los colonos holandeses de Ciudad del Cabo consideraban a los nativos como seres infrahumanos. Es cierto que un hombre carente de toda cultura difícilmente puede considerarse tal (la solución es proporcionársela), pero alguien sin valores morales tampoco puede considerarse humano y los valores en la guerra enseguida se pierden. Desconozco los méritos literarios de esta obra. En algunos momentos del segundo relato parece como si Coetzee hubiera tachado palabras y aun frases enteras sin poner nada en su lugar. Suponiendo que lo haya hecho de forma intencionada y que no se trate de un error, esta forma literaria produce un efecto estético positivo y rompe la monotonía de la prosa del autor: frases cortas con punto y seguido. Proyecta sobre el lector una sensación de duda e incluso de desvarío. Los personajes están pobremente elaborados y el autor se centra en sus aspectos psicológicos. Poco más puede decirse de “Tierras de poniente” salvo que es una obra pacifista y que no anima a continuar la lectura de otras obras del mismo autor, que, sin embargo, fue Premio Nobel de Literatura en 2003.