Ulises

Un día en la vida del dublinés Leopold Bloom en el que éste reflexiona sobre su vida y su ciudad. La fama de Ulises le debe, en gran parte, a razones que a veces poco tienen que ver con la novela, emparentadas con nuestro tiempo y nuestra cultura. Indescifrable, insulto al lector medio, soez, escabrosa, vulgar, para unos, penetrante, innovadora, la mayor creatividad verbal después de Shakespeare, descubridora del hombre moderno, para otros.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
1997 Lumen y Tusquets
799

Incluye un Prólogo del editor bastante ilustrativo sobre el autor y su obra.

1999 Cátedra
910
Valoración CDL
2
Valoración Socios
1.5
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Comentarios

Imagen de mgarregui

Puedo decir que lo lei en su momento, yo debía tener como 18 años... en fin, me mareó, me pareció excesiva tanta verborrea para una vida tan inútil. Sí, dicen que literariamente es una joya, y así me lo presentaron; pero la verdad, a mí me pareció un engaño: como un diamante que luego resulta que es de plástico. Al principio parece que va a hacer pensar y luego... diarrea mental, con perdón. En mi opinión, que es la opinión de una inexperta en literatura, es una pérdida de tiempo. ¿Un libro puede ser en algún momento una pérdida de timepo? Yo creo que sí, si en vez de leer ese libro podrías haber ido a tomar algo con los amigos, por ejemplo.

Imagen de enc

Confieso que no he sido capaz de terminar esta novela, por lo tanto, todo lo que diga de ella debe entenderse referido a las primeras quinientas páginas; no obstante sería milagroso que cambiara en las trescientas siguientes. Lo primero que habría que revisar al hablar del Ulises -y de muchas obras posteriores- sería el propio concepto de novela. Una novela se supone que cuenta una historia. Ulises cuenta un día en la vida del dublinés Leopold Bloom, sin historia, sin trama. Ulises se ha considerado la primera novela contemporánea y ciertamente lo és. Ochocientas páginas para contar un solo día en la vida de una persona, sin relato, trama o historia, presupone el culto a la palabra en sí misma. La palabra considerada como objeto propio y suficiente de la literatura. Es lo que con un eufemismo se ha llamado "ebriedad narrativa". Empezar a escribir y no ser capaz de parar. El propio autor la calificó como novela-monstruo. Como obra precursora alcanzó fama en el mundo literario y fue alabada por Erza Pound, Virginia Wolf o T.S.Eliot. Bien es verdad que Pound terminó sus días en un manicomio y los otros dos también tuvieron sus problemas. Hay técnicas literarias comunes en el Ulises y en The Wast Land, poema de T.S.Eliot. Alguien ha dicho que Ulises es un gran poema en prosa. Es cierto, y sería preferible verlo reducido a sus elementos poéticos, pero entonces sería otra obra. Resulta más interesante la literatura sobre el Ulises que la obra misma. Muchos abominaron de él, y su edición se logró con dificultad, lo que siempre es un elemento de propaganda. Pero el viento soplaba a su favor. Una vez publicado, los lectores se dedicaron a buscar una interpretación para la obra. Joyce proporcionó a sus amigos unas cuantas claves, todas falsas, o verdaderas tan solo en su cabeza. Pero es que Joyce tampoco andaba muy sobrado de cordura. Sugiere la lectura previa de la Odisea homérica para encontrar paralelismos entre ambas. La realidad es que nada tienen que ver el astuto Odiseo y el simple Leopold Bloom. A la postre, dedicar ochocientas páginas a profundizar en los pensamientos de un simple no pasa de ser una simpleza. Sin embargo la simplicidad del personaje, su soledad y distancia respecto de la vida quedan reflejadas en el libro. Joyce -según nos cuenta el prólogo- utiliza la técnica del diálogo interior del protagonista, aquellas reflexiones que éste haría si estuviera a punto de morir. Su vaciedad, el tono dramático con el que se aborda lo irrelevante, resultan hirientes. Porque el noventa por ciento de la obra son pensamientos y descripciones y sólo un diez por ciento escaso lo ocupan los diálogos. A pesar de lo anterior, alguien ha debido ver más que yo en esta obra. Sus incondicionales celebran todos los años en Dublín el 16 de junio como el Bloomsday, el día de Leopold Bloom. De nuevo el entorno por encima del libro. En su vida personal Joyce fue tan calamitoso como se supone que debe serlo un escritor y además irlandés. Abjuró del catolicismo y de su patria y se trasladó a vivir a Italia, Suiza y Francia, donde malvivió con su familia dando clases de idiomas. La obra está fechada en Trieste, Zurich y París, entre 1914 y 1921. La novela se abre con una serie de expresiones blasfemas y paródicas de la religión católica y de la eucaristía, algo que, afortunadamente, no se repite. Sus presuntas inmoralidades hoy nos parecen jaculatorias. La obra no contiene referencias sexuales explícitas, bien porque no correspondan a la época o porque no quepan en la mente simple de Leopold Bloom. Frecuentemente me faltan categorías para recomendar o no recomendar un libro para el Club del Lector. Además de las ya existentes yo utilizaría otras dos: "Lectores interesados" e "Innecesario". Incluyo al Ulises de James Joyce entre los innecesarios, es decir que no aporta nada, aunque, lógicamente, no todos tengan que estar de acuerdo con ello.