Una habitación en Babel

La Torre es el mayor edificio del pueblo, un bloque ácido e inhumano en el que viven tantas personas como en toda la urbanización de casitas adosadas que acaban de construir en las afueras. Personas instaladas en estantes del aire, como libros, cada uno con su historia, algunas buenas y otras malas. Unas a punto de abrirse y otras de cerrarse. En ella viven Ángel y Gil, Nor y Berta, Rashid y Stéfano. Cada uno en su habitación de la Torre, hablando con su propio acento, pero obligados a entenderse cuando descubren que pertenecen a una misma historia.

Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil 2010

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2013 Anaya
256
978-84-678-4124

Premio Nacional de Literatura Juvenil 2010

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Novela juvenil, entretenida e interesante, en la que se mezclan personajes muy diversos (como en una torre de Babel), de variados orígenes y procedencias, para dar a conocer especialmente los problemas de la inmigración. Los personajes aparecen divididos en dos planos: por un lado, el mundo de los adolescentes, alumnos del mismo instituto, entre los que destacan Berta y Marcos (que ponen voz al relato), Rashid (árabe) y Nor (guineano), dos caras de la misma moneda en torno al futuro de los inmigrantes: uno se dedica al fraude y la venta ilegal, mientras que el otro estudia con entusiasmo pensando en un porvenir mejor. Por otro lado, está el plano de los adultos, y entre ellos sobresale el auténtico protagonista Ángel, profesor de Filosofía en el instituto, viudo, que abandona Zamora para alejarse de sus tristes recuerdos y darle sentido a su vida. Seguidor de Sócrates, llena con sus citas el relato buscando siempre el bien para sus alumnos, porque “al atardecer de la vida nos examinarán del amor”.

Tanto por el título de la obra como por algunas citas y referencias internas, la novela nos acerca a algunos pasajes de la Biblia, así como a grandes filósofos y a obras muy conocidas de la literatura española  que enriquecen el relato.  Entre ellas, destaca el “Guzmán de Alfarache”: en primer lugar, porque la acción de la trama principal se desarrolla en el ficticio pueblo de Alfarache, cercano a Sevilla; y, en segundo lugar, por la aparición de un ejemplar de esta novela picaresca (una valiosa edición prínceps de finales del XVI), que será elemento clave para la resolución final de los hechos.  No menos interesante es la presencia de esta novela picaresca por su importante carga moralizante, que defiende la supremacía de lo espiritual sobre lo material, porque como afirma el filósofo “una palabra certera transforma la realidad, la palabra profunda, la palabra enigmática, la palabra verdadera”. 
Lectura muy recomendable especialmente para los jóvenes, ya que en ella se valora la importancia de la cultura, del estudio y del esfuerzo continuado, con un guiño final y una reflexión sobre la literatura, pues Berta decide escribir su propia novela: “Si los personajes te obligan a cambiar el guion es que la novela está viva. ¿Sabes? Siempre he dicho que las buenas novelas son también un descubrimiento para el propio autor”.