Historias de la Contrarreforma

Selección de obras históricas del P. Pedro de Ribadeneyra, S.I. Comprende las vidas de los primeros tres generales de la Compañía: El fundador San Ignacio de Loyola, el P. Laínez y San Francisco de Borja, la "Historia del Cisma del Reino de Inglaterra" y dos breves documentos: "Exhortación a los capitanes y soldados de La Invencible" y "Carta sobre las causas de la pérdida de la Armada". Van precedidas de una valiosa introducción sobre la vida y obra del P. Ribadeneyra.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2009 BAC
1355
9788422014317

Edición inicial en la BAC en 1945.

Valoración CDL
3
Valoración Socios
3
Average: 3 (1 vote)
Interpretación
  • No Recomendable
  • 1
  • En blanco
  • 2
  • Recomendable
  • 3
  • Muy Recomendable
  • 4

1 valoraciones

3
Género: 

Comentarios

Imagen de enc

Cuando se iniciaron las incomprensiones hacia el Opus Dei, allá por 1944, su fundador San Josemaría Escrivá, invitó a los que le seguían a leer estas "Historias sobre la Contrarreforma". Quería que viesen como también la Compañía de Jesús, que era en aquel momento el foco de donde surgían las dificultades que sufría la Obra, había pasado, a partir de su fundación, décadas de calumnias y persecuciones. Podemos resumir el trabajo de Ribadeneyra en varios puntos. El primero sobre el espíritu que San Ignacio de Loyola inculcó a los suyos: espíritu de estudio, pobreza, oración, mortificación y servicio a la Iglesia. Los objetivos que les asignó fueron la predicación, enseñanza, espíritu misionero y apostólico, y disponibilidad a los requerimientos del Santo Padre. En segundo lugar la rápida expansión de la Compañía en España, Portugal, Italia, Centroeuropa, así como las Indias orientales y occidentales. En esta labor evangelizadora la Compañía fue protegida por los Pontífices y los Príncipes, pero también sufrió sus primeros mártires, que luego se multiplicarían por causa del anglicanismo. Señala Ribadeneyra, por último, las dificultades que experimentaron Ignacio y los padres de la Compañía por la novedad de su estilo de vida y su espíritu reformado. Por ejemplo, el Cardenal Silíceo, Primado y Arzobispo de Toledo, amenazó a sus diocesanos con la excomunión si confesaban con los padres o recibían de ellos cualquier otro sacramento. Ribadeneyra justifica el hecho afirmando que el Cardenal estaba mal informado sobre la Compañía. El papa Julio III, que había confirmado la aprobación de la Orden hecha años atrás por Paulo III, escribió al Arzobispo para decirle que "se maravillaba y mucho le pesaba que, siendo la Compañía aprobada por la Sede Apostólica, él no la tuviese por buena". No es posible resumir en pocas líneas las dificultades, los éxitos y la santidad de aquellos primeros jesuitas y los servicios que prestaron a la Iglesia y al espíritu de la Contrarreforma, empezando por la asistencia de Laínez y Salmerón al Concilio de Trento. La "Historia del Cisma del Reino de Inglaterra" es una obra de gran interés y dramatismo por los personajes que intervinieron en ella. Por la parte cismática Enrique VIII y su hija la reina Isabel, a la que Ribadeneyra tacha de calvinista. Por la parte católica Catalina de Aragón, su hija María Tudor, y María reina de Escocia. Ribadeneyra encuentra la causa del cisma en los amores adúlteros de Enrique VIII y en la influencia del protestantismo sobre Isabel; pero estos hechos no son suficientes en sí mismos para justificar unas consecuencias tan radicales. Con los Tudor Inglaterra pasó de la Edad Media a la Edad Moderna; éllos unificaron el país y robustecieron el poder de la corona. En ese contexto pudo Enrique proclamarse "cabeza de la Iglesia de Inglaterra" e Isabel perseguir a los católicos a los que veía como enemigos al servicio del Rey de España. La derrota de la Armada Invencible no hizo más que afirmar esta situación.