Una Prelatura joven, ágil y dinámica

 

El profesor Antonio Aranda, Ordinario Emérito de Teología Dogmática de la Universidad Pontificia de la Santa Cruz de Roma, nos ofrece en el último libro que ha publicado una profunda investigación acerca de "El hecho teológico y pastoral del Opus Dei en sus fuentes fundacionales", es decir, una “indagación” teológica de gran hondura, aunque lógicamente, por la naturaleza de la materia, no agote de hecho toda la materia.

Precisamente, en el capítulo final del libro el profesor Antonio Aranda, se detiene en la actual figura canónica que recoge los Estatutos que san Josemaría dejó preparados antes de morir. De hecho, afirma claramente lo siguiente: “Al erigir el Opus Dei en Prelatura personal la Iglesia ha determinado que la realidad teológica y pastoral del Opus Dei, tal como se encuentra expresada en sus Estatutos, responde perfectamente a esa figura canónica” (311).

Este es un ejemplo de cómo la figura canónica actúa como un “guante que se adapta a la mano” y sirve para el desarrollo armónico del trabajo y la vida de hombres y mujeres en su búsqueda de la santidad en medio del mundo. Es decir: “esa configuración es perfectamente acorde con el carisma fundacional también, por tanto, con los otros dos elementos constitutivos esenciales del Opus Dei: el fenómeno vocacional y el espíritu sustentador” (312).

En el título hemos hecho tres afirmaciones. La primera, decíamos, que se trata de una Prelatura joven, pues todavía no ha cumplido los cien años y, además, está todavía dando los primeros pasos en muchos países del mundo e inculturizándose en vida y pueblos tan dispares.

En segundo lugar, hemos añadido que se trata de una Prelatura ágil, apta como dice el Código de derecho canónico, “para peculiares labores apostólicas” y en este caso es recordar y dinamizar la llamada universal a la santidad y al apostolado en medio del mundo a través del trabajo. Además, como afirmaba san Josemaría el Opus Dei es una “organización desorganizada”, puesto que lo importante es la libre iniciativa de sus fieles y su trabajo constante entre sus iguales.

Una Prelatura dinámica, pues las culturas van cristianizándose según se van realizando entre los cristianos y sus compañeros y contemporáneos de vida y de civilización : “Por esa vocación nuestra, estamos presentes en el mismo origen de los rectos cambios que se dan en la vida de la sociedad, y hacemos también nuestros los progresos de cualquier época: nuestra mentalidad y nuestra acción responderán siempre plenamente a las exigencias y necesidades, que se puedan dar en el correr de los siglos. Nunca nos será ajeno lo que atraiga los afanes de la inteligencia y del corazón de los hombres” (298).

Lógicamente, escribía el Fundador que Dios en 1961 que Dios al darle este carisma “requería una amorosa y firme fortaleza, para que su voluntad se abriera paso entre los hombres” (313).

José Carlos Martín de la Hoz

Antonio Aranda, El hecho teológico y pastoral del Opus Dei. Una indagación en las fuentes fundacionales, ediciones Eunsa, Pamplona 2020, 369 pp.