Una página de la historia de la Iglesia en Guatemala

 

En una reciente visita a una casa de retiros impulsada por la Prelatura del Opus Dei en Centroamérica, “Los Volcanes”, situada en tierras de Escuintla, la capital del departamento del mismo nombre en la querida Guatemala, he podido encontrarme con el querido y venerado obispo de la diócesis Mons. Víctor Hugo Palma, en compañía de un buen grupo de sacerdotes de la diócesis y otros llegados de la capital y de alguna diócesis cercana, como el electo obispo auxiliar de Guatemala Mons. Tulio Omar Pérez Rivera.

El encuentro sacerdotal se desarrolló en un clima de cordialidad y verdadera fraternidad sacerdotal y después de las exposición de la materia que nos reunía hubo un amplio y coloquio y culminamos con un almuerzo y las fotografías de rigor, “selfie incluido”.

Las Jornada sacerdotal tenía como tema “Santos y milagros” y, concretamente, abordamos el contenido del documento del Santo Padre Francisco “Gaudete et exultate”(Roma 19 de marzo de 2019) sobre las causas de beatificación y canonización en la Iglesia Católica. Se trataba de mostrar la urgencia del pontífice por promover y presentar nuevos modelos e intercesores para el pueblo cristiano, santos de la puerta de al lado, santos de proximidad, de barrio, como afirmaba el pontífice.

Precisamente, el libro recientemente editado por impulso del obispo del lugar sobre la catedral de Escuintla y escrito por el eminente historiador guatemalteco Johann Melchor Toledo y sufragado con la ayuda de Fraterno Vila Betoret, refleja muy gráficamente el documento del Romano Pontífice. En la catedral están representados santos e intercesores

En efecto el templo fue construido sobre la primera iglesia edificada por instancias de Fray Toribio de Benavente, Motolinía (1482.1569), eminente cronista de Indias, autor de la célebre “historia de los indios” y afamado como uno de los primeros y santos apóstoles de Nueva España, uno de los franciscanos denominados “los doce apóstoles”, quien después pasaría a Guatemala y terminaría sus días evangelizadores en estas tierras de Escuintla, todavía en el siglo XVI. Por tanto, sigue viva la tradición oral del Evangelio.

Después de ser elevada de Prelatura de Escuintla a diócesis en 1994, se comenzaron las obras de restauración para convertir el templo parroquial más antiguo, capaz y venerado en sede de la santa iglesia catedral de una diócesis de más de un millón de almas. En la ceremonia de consagración de la catedral el 3 de agosto de 2018, el obispo del lugar dejó depositadas en el altar mayor reliquias “antiguas y nuevas” de los mártires de la Iglesia católica y celebró solemnemente la eucaristía de acción de gracias por los 25 años de la erección de la diócesis. En las capillas laterales se conservan imágenes del Señor, de la Virgen, de san José, de los ángeles y de los santos y santas más venerados por los fieles de la diócesis. La última capilla lateral dedicada a un santo, fue a san Josemaría Escrivá de Balaguer en el 2014, el “santo de lo ordinario” como le denominó san Juan Pablo II.

José Carlos Martín de la Hoz

Johann Melchor Toledo, La catedral de Escuintla en la historia, ediciones Asazgua, Guatemala 2020, 100 pp.