Poder y libertad

 

Para Josep Ramoneda (Cervera, 1949), Periodista y filósofo de talla internacional, la dialéctica poder y libertad es la clave para entender la sociedad que estamos viviendo y la civilización que estamos construyendo más allá de los imperativos del Estado (13).

Por tanto, el filósofo catalán, como siempre muy pragmático, comenzará por exponer lo que es el poder, sus cualidades y modalidades de ejercicio y sus limitaciones. Lógicamente seguirá bastante literalmente a Michel Foucault en su famosa teoría del poder que todavía no ha perdido actualidad.

Es muy interesante la referencia a un fenómeno físico, el de la energía, para recordar que “donde no hay diferencia de potencial no hay energía ni pasa la corriente, pero si hay diferencia de potencial, la energía potencial se transforma en energía cinética. Es decir que el poder se ejercitaría (21). Es más, añade: “como el poder es relación, Dios habla” (23).

Hablará del Estado en Locke y Hobbes para recordarnos que “el Estado para ellos es una autoridad libremente consentida y contraída” (26). De hecho, para Hegel, el Estado sustituiría a Dios (29).

Enseguida volverá a tratar la cuestión de la libertad y, en concreto, de la libertad autoritaria, para lo cual volverá a establecer con Voltaire que “libertad es poder, no solo querer” (35).

Lógicamente, aludirá a la libertad para pecar, pero se equivoca en “implorar a un Dios arbitrario y caprichoso” (47). Cuando, en respuesta a la ilustración, Benedicto XVI nos había explicado suficientemente en su primera Encíclica, que “Dios es amor” (Deus Caritas est, 24.XII.2005, n. 1). Desde luego prefiero esta definición que la de Kant (50).

La figura de Stuart Mill le servirá para asentar: “Impedir el daño a los otros, este es el límite de la libertad” (51). Pronto añadirá con Claude Lefort, que “la libertad solo puede vivirse en sociedad, implica una relación con el otro” (53). De todas formas se está quedando corto pues los creyentes tenemos experimentado que la libertad interior es “hacer las cosas por amor”. Terminará recordando que “es una exigencia democrática que se den las condiciones mínimas de igualdad” (34).

Poco después llega al núcleo de la cuestión: “la libertad como capacidad”. Lástima que añada en términos kantianos: “la libertad como capacidad, es decir, como poder. Donde hay poder hay abuso de poder, por eso el límite de la libertad es el otro” (55). Es indudable que no siempre hay abuso de poder cuando hay poder, aunque haya desigualdad. Seguidamente, lo arreglará un poco: “El acto es lo que sitúa al hombre en contacto con los demás, la libertad es proyección hacia los demás, pasión por la  humanidad. El límite; no todo es posible” (57).

José Carlos Martín de la Hoz

Josep Ramoneda, Poder y libertad. Reflexiones en un cambio de época, Galaxia Gutenberg, Barcelona 2025, 159 pp.