Este interesante trabajo coordinado por Jack Symes, filósofo y escritor, recoge interesantes aportaciones de diversos filósofos de la ciencia acerca de la existencia de Dios y, sobre todo de su influencia en el mundo físico en el que vivimos. La mayoría de las aportaciones de este trabajo proceden del área de los teístas, es decir, científicos y creyentes, pero también se incluyen algunas, como la de Richard Dawkins en la que exponen libremente los argumentos del ateísmo.
Fundamentalmente, se trata de aportaciones procedentes del área anglosajona, donde se concentran la mayoría de los debates acerca de las relaciones entre fe y ciencia, asunto casi inexistente en España. Indudablemente, a lo largo de estas páginas están ausentes argumentos chabacanos, insultos o deprecaciones. Todo se escribe con elegancia y un buen tono, buscando serenamente el diálogo (12).
Las aportaciones de los diversos autores vienen precedidas por breves explicaciones acerca de la materia escogida con preguntas incisivas que ayudan a ahondar en la materia, textos breves para meditar y lecturas selectas. Es evidente que la decisión que tomemos acerca de Dios y de su influencia en nuestras vidas resulta capital para la cuestión de la salvación, por eso no es una discusión trivial y sin importancia (13). Al fin y al cabo, todos hemos de responder a la pregunta de si se puede vivir una vida feliz sin Dios (21).
El primer argumento es estudiado, por Daniel J. Hill: se trata de la conveniencia enunciado por Pascal en el siglo XVII: una verdadera propuesta por la existencia de Dios a la luz de la vida lograda que poseen los que se entregan a Dios (29).
Enseguida se detendrá, de la mano de Richard Swinburne, en la coherencia entre fe y vida que se observa entre hombres y mujeres entregados a Dios en la vida corriente y entre aquellos que pertenecen a diversas instituciones y viven empleados en una labor de almas: educación, enseñanza y obras de misericordia (39).
La aportación de William Lane Craig se centrará en la “fe razonable”, es más, en el equilibrio fe y razón, que significa que las pruebas de la existencia de Dios parecen razonables (65). Finalmente, el argumento central de la existencia de Dios versará, de la mano de Mohammad Saleh. Zarepour, sobre la creación física y sobre Dios como “el existente necesario”: la belleza, la perfección, el conjunto de las leyes que vamos conociendo nos hablan de un Dios inteligente (89).
Es muy interesante la comunicación de Yujin Nagasawa, quien introducirá el problema del mal en el mundo y la complicación que supone para su resolución el ser ateo, pues, al menos el creyente puede dialogar con Dios y vislumbrar la importancia del valor de la libertad (161).
José Carlos Martín de la Hoz
Jack Symes (ed.), Lo que los filósofos dicen de Dios, ediciones Herder, Barcelona 2025, 296 pp.