CampoGrande

Se celebran mensualmente. 

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  2. 3er jueveses de mes, 17:00
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Imagen de Azafrán

La publicación de esta “opera prima” de Tony Gratacós me acercó al hecho histórico bien conocido, aunque no con la profundidad que su relevancia exige. Nunca me había detenido a considerar que pudieran haber existido mayores dificultades que las derivadas de atravesar en barcos de madera, no solo el Atlántico, sino también el Pacífico cuya extensión representa una tercera parte del planeta Tierra. A esta consideración habría que añadir los útiles de navegación que, a comienzos del siglo XVI, junio de 1518, se reducían a la brújula y el astrolabio. Las constelaciones que guiaban durante la noche son de poca utilidad al cambiar de hemisferio. Un problema más, no menor: la comida. Asegurar la manutención de una tripulación compuesta por casi trescientos hombres durante dos años.

Es cierto que Magallanes obtuvo el permiso y el dinero necesario para comenzar la empresa de alcanzar las Molucas a través de un paso entre los dos océanos por debajo de Argentina. Pero ese paso nadie lo había visto. Las cartas de navegación marítima existentes hasta aquel 1518 terminaban en la desembocadura del río de la Plata. Para entonces las cinco naves ya habían empezado a sufrir los estragos del invierno y se vieron obligados a detenerse, en espera de la primavera, en el puerto de lo que hoy es San Julián, no lejos del cabo Hornos.

Fue por entonces cuando el motín de los otros cuatro capitanes de nave estalló y Magallanes tuvo que afrontarlo con energía. Uno de los capitanes fue condenado y ejecutado. Otro, Juan de Cartagena, abandonado en tierra a su suerte. Cuando parecía que el sosiego había retornado a la expedición, cuando por fin el paso había sido avistado, la nave más grande, la que llevaba en sus bodegas la mayor parte de los alimentos, desertó y se volvió a Sevilla en la oscuridad de la noche.

Como comencé diciendo, los problemas de la navegación, del frío, del hambre, de la convivencia estrecha en la cubierta de las naves, no fue lo peor que tuvieron que soportar los casi 300 marineros que zarparon de San Lúcar de Barrameda. Según Tony Gratacós, fueron las intrigas de los espías que se habían introducido entre los marineros y cuyo único propósito era hacer fracasar la expedición castellana.

En medio de las intrigas en la corte y de las intrigas en el mar, un joven aspirante a cronista, lucha por descubrir la verdad, consciente de que él también puede ser eliminado, aplastado, por los que detentan y se benefician con el poder.

Al hilo de esta novela, el lector conoce que el joven e inexperto monarca, Carlos I, firmó, a la edad de 17 años, unas capitulaciones con Magallanes. Si sus abuelos habían sido generosos con Cristóbal Colón, el joven monarca no iba a ser menos. Pero que después resultaron ser excesivas a los ojos de los miembros de las Cortes. Como consecuencia, los espías españoles necesitaban demostrar que Magallanes se había confabulado con los portugueses, o que había actuado como un tirano; que asesinó a los capitanes españoles para impedir el triunfo de la expedición de Castilla a las Molucas…

Cuanto más traidor pareciese Magallanes, mayor argumento para eludir el pago de las capitulaciones. Barra libre a la calumnia.

Ahí está el personaje de Diego de Soto, el aprendiz de cronista. El joven impetuoso enamorado de la verdad que restituyese la honra del ilustre Magallanes y que hiciese justicia al intrépido Sebastián Elcano. Y en ese empeño, este joven entusiasta abre los ojos al mismísimo Francisco de Soto, secretario de su majestad.

La novela es un trajín continuo a través del cual el autor, Gratacós, consigue introducir al lector en la rivalidad entre portugueses y castellanos en el comercio de las especias.

Diego de Soto, como cualquier joven, cree tener amigos e incluso haber conquistado el amor. Y el lector va descubriendo el dolor, su dolor, de la mentira, del juego doble.

El autor parece constar con recursos sin fin para retorcer el argumento y mantener al lector en vilo hasta el final.

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Primera novela de Gratacos, periodista y autor de guiones, muy familiarizado con el mundo audiovidual. La primera vuelta al mundo de Magallanes y Elcano es la trama de esta trepidante novela cuyo personaje principal, Diego de Soto, pasa de ser estudiante en Valladolid, a entrar como ayudante del cronista mayor del reino de España. La historia se desarrolla durante el periplo alrededor de mundo capitaneado por Magallanes y  culminado
por su sucesor Elcano en el S. XVI.

La mentira, la hipocresía y las emboscadas hacen que el flamante estudiante, Diego, esté siempre involucrado en sucesivas fechorías  y trampas, propiciadas continuamente por personajes relevantes del gobierno de España que no quieren que saque a la luz la verdad de lo ocurrido en ese trascendental viaje. Parece que todos desde Valladolid, sede de la corte en el S. XVI, hasta el Puerto de Indias en Sevilla, intenten acabar con él porque está poniendo en peligro "la verdad" conocida hasta entonces sobre la expedición y los navegantes que participaron en ella.

Esta obra es una versión novelada sobre la primera vuelta al mundo de España con el portugués Magallanes y cinco carabelas de las que, al cabo de tres años, solo vuelven tres bajo el mando de Elcano. Claramente se aprecia  la  ficción  en esta novela basada en hechos históricos en la que el autor mezcla, con gran maestría, personajes y hechos reales y ficticios que dan a la novela una gran intensidad y ritmo de principio a fin  y que despiertan en el lector un gran interés por la novela. Personalmente me ha fascinado por la recreación de muchos rincones de Sevilla con descripciones maestras de cada uno de ellos, desaparecidos o no de la ciudad. El lector termina la novela con un gran interés por conocer  los personajes y hechos reales o ficticios y el esclarecimiento de personajes tan importantes y a la vez tan desconocidos, como Magallanes y Elcano.

A pesar de ser un libro extenso, el lector no abandona nunca su lectura ávido por conocer las aventuras y descubrir las tretas para ocultar la verdad de  hechos y personajes de gran relevancia, en  ese momento histórico de España. El propio autor desvela en una nota de doce páginas qué hechos son reales o ficticios de la novela, mediante petición personal a través de correo electrónico.

Es una nota de doce páginas en las que da cuenta de sus investigaciones para esclarecer la ficción o realidad de personajes y hechos sobre los que construye la novela. Es un apéndice interesante. 
 

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Larga novela sobre unos de los hechos históricos más relevante en la historia de España y del mundo, el descubrimiento del Pacífico, y la vuelta completa a la tierra. Larga, con infinidad de acontecimientos en general bien traídos, pero que pueden resultar a veces exhaustivos, excesivos. Al protagonista le ocurren tantas cosas que uno termina agotado. Le sobran algunas escenitas traídas por los pelos.

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Cuando abrí la primera página de “Nadie lo sabe” no sabía, efectivamente, lo que se me venía encima. Esperaba una novela densa, imaginaba que las 533 páginas se me harían largas, que me costaría llegar al final. Y no. Nada de eso… Estoy “Gratacósmente” sorprendida. Bravo. ¡Bravísimo! Cinco estrellas. Cum laude.

Gracias a “Nadie lo sabe” he viajado al otro lado de la historia en alas de la San Antonio, la Victoria, la Trinidad, la Santiago y la Concepción… He sido cronista, moro, indígena, portugués, hombre, mujer, castellano, héroe, marinero, espía, capitán, leyenda y traidor… He saboreado el agua salada y la sangre, la mentira, la venganza, el dolor, la frustración, la verdad, las lágrimas, la ilusión... y he vivido por primera vez en mi piel una de las AVENTURAS más grandes de todos los tiempos. Sí, he dado la vuelta al mundo con Magallanes, con Elcano, con Pigafetta, con Arratia y los otros 233 hombres que se embarcaron en Sanlúcar de Barrameda el 20 de septiembre de 1519.

Y ha sido inolvidable. Porque la atmósfera de la novela es salada y perfecta, porque la prosa te atrapa y te convierte en un personaje más y en todos ellos a la vez. Enhorabuena, Tony Gratacós, por encender de nuevo en mí el fuego de la pasión por la novela histórica con este thriller tan redondo. Ojalá los libros de Historia fueran así de trepidantes… seguro que todos los recordaríamos mejor.

ATENCIÓN: Estimado Lector, esta nota es para ti. Si compras este libro en tu cuenta de Amazon, corres un grave PELIGRO. La trama y sus personajes se graban a fuego. Yo solo te advierto: puede que cuando caiga la noche no puedas dejar de preguntarte cuál es la auténtica verdad… cuando la respuesta es que, en realidad, NADIE LO SABE (Reseña de Ana María Ortega Díaz).

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Novela de aventuras, intriga y misterio basada en una hazaña histórica extraordinaria: la primera vuelta al mundo por océanos, mares y estrechos desconocidos y remotos. En 1519, cinco naves partieron del puerto de Sevilla con 239 hombres capitaneados por el portugués Fernando de Magallanes; tres años después, una sola nave con 18 supervivientes, al mando del vasco Juan Sebastián Elcano, regresó a España tras haber cumplido con creces el objetivo de la expedición. En esta agónica travesía, muchos perdieron la vida, entre ellos el capitán Magallanes. Pero, a pesar de los testimonios  de los marinos y de toda la documentación reunida durante años, ¿se puede llegar a conocer la verdad de los hechos?: “Nunca se podrá demostrar lo que ocurrió realmente al otro lado del mundo”.

Intriga, traición, engaños, amor, dudas… todo esto y más siembra este magnífico relato narrado en primera persona por el joven aspirante a cronista, Diego de Soto. Testigo privilegiado de su época, describe con cercanía a los personajes históricos, los investiga e interroga, indaga en su pasado y los trae en carne y hueso a nuestro tiempo con diálogos ágiles, inquietantes y verosímiles. El poder y la fuerza arrebatadora de sus palabras subyugan en esta novela donde se mezclan realidad y ficción para no dejarnos indiferentes.

Con una trama bien urdida, compleja y llena de giros inesperados, cerrada con un asombroso final, el relato sorprende por su audacia frente a la propuesta histórica oficial y por su sólida base en la consulta y uso  de la documentación sobre los hechos acaecidos. Así, el autor, Tony Gratacós, se siente deudor del inestimable trabajo de José Toribio Medina, historiador chileno de finales del siglo XIX que, en su monumental obra El descubrimiento del Océano Pacífico, estudia y referencia la expedición de Magallanes con todo lujo de detalles. Afirma Tony Gratacós, en los agradecimientos del libro, que algunos juzgarán que la novela se toma demasiadas licencias con los hechos conocidos… “pero lo escrito aquí no resulta del todo inverosímil si nos atenemos al contexto histórico de 1520, en el que dos superpotencias se disputaban el dominio del mundo”. Esto es y así es la Literatura: búsqueda, pasión, reflexión, originalidad, creación del autor y “recreación” de los lectores, para disfrutar en todos los sentidos (Reseña de Ana María Díaz Barranco).