Intemperie

Fernando Aramburu recomienda: Basta abrir el libro al azar y leer lo que pille el ojo para darse cuenta de que la novela de Carrasco logra la excelencia. Intemperie, escrito por Jesús Carrasco, es un libro emocionante, conmovedor, lleno de suspense, un debut literario con alma de clásico. La riqueza de Miguel Delibes y la fuerza de Cormac McCarthy fundidas en una voz propia. Una novela construida a partir de tres arquetipos: un cabrero, un alguacil y un niño, simbolizan el bien, el mal y la inocencia.Una voz nueva, con personalidad propia, sin duda el autor revelación del año de la narrativa española. Un niño escapado de casa, escucha, agazapado en el fondo de su escondrijo, los gritos de los hombres que le buscan. Cuando la partida pasa, lo que queda ante él es una llanura infinita y árida que deberá atravesar si quiere alejarse definitivamente de aquello que le ha hecho huir. Una noche, sus pasos se cruzan con los de un viejo cabrero y, a partir de ese momento, ya nada será igual para ninguno de los dos. Intemperie narra la huida de un niño a través de un país castigado por la sequía y gobernado por la violencia. Un mundo cerrado, sin nombres ni fechas, en el que la moral ha escapado por el mismo sumidero por el que se ha ido el agua. A través de arquetipos como el niño, el cabrero o el alguacil, Jesús Carrasco construye un relato duro, salpicado de momentos de gran lirismo. Intemperie es una novela tallada palabra a palabra, donde la presencia de una naturaleza inclemente hilvana toda la historia hasta confundirse con la trama y en la que la dignidad del ser humano brota entre las grietas secas de la tierra con una fuerza inusitada. "Un ritmo hipnótico, la trama sobrecoge hasta el punto de que al llegar al capítulo cuarto leía con la mano en el corazón. No consigo quitármela de la cabeza; es uno de esos libros que te cambian al leerlos" Elena Ramírez, Seix Barral. "Una experiencia de lectura sin precedentes... un libro de lectura obligada, una novela que está llamada a tener una fantástica recepción entre los lectores" Maaike le Noble, Meulenhoff Boekerij, Holanda.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2013 Seix Barral
224
978-84-322-1472-1

Buena edición, cuidada, de fácil lectura.

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2
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Género: 

Comentarios

Imagen de grpazos

Magnífica novela en la que se recrea una durísima historia mediante descripciones de estilo naturalista, aunque el tema central (los abusos a menores) está tratado con enorme delicadeza y solo mediante alusiones. ¿Qué le falta al texto para ser redondo? En mi opinión, las prolijas descripciones y una exuberancia léxica a todas luces excesiva lastran el ritmo narrativo de manera innecesaria.

Imagen de toñi hueso

El libro es un relato sobre la dureza de la vida en el campo y el abuso a menores. Es la historia durísima de un niño que huye de su propio padre que lo somete a continuos abusos.

Se puede decir del libro, ante todo, que es una temática durísima pero escrita de forma magistral y podemos decir casi lírica. El lector intuye las situaciones más escabrosas a través de un lenguaje que las refleja sin describirlas. hay una gran riqueza léxica de términos casi exclusivos del ambiente rural e incluso específicamente extremeño.

Es un relato lineal y como he dicho anteriormente lleno de lirismo que contrasta con la crudeza de las situaciones.

Hace un retrato magistral del cabrero, un hombre rudo en sus modales pero llenio de ternura. LLama la atención cómo acoge al niño, lo cuida y le enseña, casi exigiéndole, él está muy enfermo y necesita que el niño aprenda a defenderse. Jamás habla de sus dolencias. 

Esta historia, conociendo la historia y la zona donde se desarrolla, es muy posible que si no haya sido real se aproxime a situaciones parecidas.

A pesar de la dureza, recomiendo su lectura a personas a las que les gusta la buena literatura.

Imagen de Azafrán

Narración lineal de la fuga de un niño sometido a abusos sexuales por parte del representante de la autoridad de un pueblo (¿pacense?) con consentimiento de su padre.

El relato de la fuga mantiene la tensión hasta la última página. Naturalmente, el niño por sí solo no podría haber sobrevivido: un pastor anciano le ayuda enseñándole cómo aprovechar los recursos de su difícil entorno. Le enseñará cómo buscar agua, cómo ordeñar las cabras, cómo desplazarse por la región…

El viejo cabrero será el padre que le proteja a costa de su propia vida, será el maestro, el guía espiritual, siempre respetuoso con los silencios del chico, siempre equilibrado en sus afectos.

Sobrevivir en una región en la que impera la ley del más fuerte, huyendo del capricho del todopoderoso del lugar tuvo su precio: la vida del cabrero.

Pero para entonces, el niño ya ha recibido la mejor de las herencias. Ahora ya es capaz de pensar como lo haría su amigo anciano y el lector queda tranquilizado con la idea de que su supervivencia es posible.

Estilo narrativo muy cuidado utiliza un vocabulario específico para describir el campo y sus tareas, los utensilios de labranza, la vida rural, un mundo cada vez más alejado de la mayoría de los ciudadanos.

Desmerece un párrafo con el cual incluye, sin venir a cuento,  la Iglesia Católica dentro del capítulo de abusos a la infancia, mediante la evocación a las sacristías. Supongo que porque pueda existir un maestro que cometa abusos en el ejercicio de su cargo, no se podría generalizar a todos los maestros ni suprimir la escuela como institución.

Imagen de merche

A través de arquetipos como el niño, el cabrero o el alguacil, se construye un relato duro, salpicado de momentos de gran lirismo.
Trascurre la historia en una sociedad deshumanizada, malévola, que se sitúa entre unos campos yelmos, agostados por el gran calor y fruto de una época de sequía, que hace que los habitantes del lugar emigren de los pueblos infructuosos; de forma que el marco donde se encuadra la novela es de gran dureza.
Sin casi diálogo el autor describe al completo los personajes y sus duras vidas, en busca de los escasos pozos de agua entre la solana, huyendo de una sociedad malograda. Ni el entorno ambiental ni humano de algunos personajes hacen fácil la vida del niño salvo la ternura del cabrero y su audacia.
Las acertadas descripciones de los protagonistas y el paisaje hacen que se penetre en el libro disfrutándolo a pesar de su gran crudeza.
Sobresale la dignidad del hombre en el niño y en el cabrero, que huyen de la barbarie de los hombres y de las tierras

Imagen de AVAPIES

Esta novela aunque está escrita con un léxico muy rico, para mi opinión es bastante dura.
De una parte está la inocencia y falta de malicia del niño, que no quiere decir simpleza y candidez bobalicona , a pesar de todo lo que tiene que soportar tanto por parte de su padre como de otros personajes de la novela, así como el ingenio para la supervivencia; y de otra la humanidad del cabrero de la que hace gala incluso con personajes como el tullido y sobre todo con el niño en el que intuye una necesidad de protección, cariño y respeto y al que intenta transmitirle su sabiduría, ya sea en lo que podríamos llamar el ámbito profesional como en el del trato con los demás.
Novela que cuida las formas, ya que podría haber sido más fácil caer en descripciones muy crudas y escabrosas, de las que solamente las apunta porque tienen que ver con la trama.
De todas las maneras me parece que es recomendable aunque para no para un público juvenil.

Imagen de cattus

En pocos meses, esta novela va por la quinta impresión y se ha traducido a diversos idiomas. Una historia muy dura, violenta, en un lugar indeterminado, en el que la sequía forma parte de ese ambiente de odio, rencor, fatalismo. Tres personajes cuyo nombre desconocemos: el niño, el cabrero y el Alguacil en una historia de persecución, de defensa frente al mal, el abuso de poder, la injusticia... El estilo está muy cuidado, preciso, recuerda un poco al de Delibes. También se ha comparado el tono de la novela con la dureza de algunas obras de Cormak McCarthy. Calidad indudable, con una trama que da que pensar sobre el sentido de la vida. La perspectiva no es muy esperanzadora aunque algo se atisba en la inocencia rota del niño y en la actitud del cabrero.